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Inundaciones en Inglaterra

El cambio climático se transforma en lluvia

La abstracción del cambio climático se transforma en tangible lluvia e inundaciones en Inglaterra. Imágenes asociadas a países en el hemisferio Sur se producen ahora en países desarrollados, que comienzan a pagar el precio de su voracidad económica.

Soledad GALIANA

Hace dos semanas, la nieve volvió a Buenos Aires después de ochenta años. Las inundaciones que Inglaterra está viviendo en los últimos días son las peores que los británicos han enfrentado en los últimos setenta años. Ciudades anegadas por el agua y sin agua que beber. Cortes del suministro eléctrico. Cierres de aeropuertos y carreteras. Cancelación de transportes públicos. Y la lluvia no cesa.

Las condiciones climáticas que Inglaterra está viviendo en no son las asociadas con el verano, y muchos no encontrarán ninguna relación con las teorías del calentamiento global. Sin embargo, estas lluvias tienen su origen en la ola de calor que recientemente afectó a Europa central y del este, y que costó la vida a diecisiete personas. La evaporación causada por la ola de calor viajó hacia el oeste, hasta que se encontró con un banco de aire frío que ha originado las tormentas que asolan Inglaterra.

Por si quedaba alguna duda, esta semana un informe científico elaborado en Gran Bretaña confirmará el vínculo entre el calentamiento global y el diluvio que vive Inglaterra. El informe quiere establecer el vínculo entre las lluvias torrenciales en el hemisferio norte y el calentamiento global generado por las políticas contaminantes de los países desarrollados. Los responsables de la contaminación siguen poniendo en duda los efectos de su acción, pese a que los modelos que se usan para la predecir el impacto del calentamiento global coinciden en que habrá un incremento de las precipitaciones así como «lluvias extremas».

Este estudio se publicará mañana en la revista «Nature». Aunque hasta ese momento no se pueden divulgar detalles del contenido, sus principales conclusiones ya han causado revuelo y están siendo discutidas por científicos climatológicos de la Oficina de Meteorología y el Ministerio de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales.

Fuentes cercanas al estudio apuntan a que, por primera vez, establece la existencia de una «huella humana» en los cambios de los modelos de precipitación, con incrementos en la cantidad de lluvia recogida en las latitudes medias del hemisferio norte, que incluye Gran Bretaña. Uno de los científicos que ha participado en su elaboración, Peter Stott, del Centro Hadley y especialista en hallar «la huella humana» -término que se refiere a las señales antropogénicas del cambio climático- publicó en septiembre de 2006 un informe en el que se refleja que, en los últimos cuarenta años, las temperaturas en el centro de Inglaterra se han incrementado en un grado y que esta subida podría estar directamente relacionada con la intervención humana y, específicamente, con la emisión de gases de efecto invernadero.

Pero el informe y cualquier acción posterior llega demasiado tarde para aquellos que han visto desaparecer todas sus posesiones bajo la crecida de las aguas. Las lluvias arreciaron el viernes. Para entonces en Gloucester ya se registraba una altura de más de diez metros, a veinticuatro centímetros de las defensas contra inundaciones, el mismo nivel que alcanzó en las inundaciones de 1947. Ayer seguía lloviendo, y las crecidas de los ríos Severn y Thames continúan. El domingo por la mañana, los niveles de agua crecían una media de diez centímetros por hora en Tewkesbury.

Más de 150.000 residentes en el área de Gloucestershire están sin acceso a agua corriente, ya que la planta de tratamiento de agua en Tewkesbury se halla fuera de funcionamiento debido a las inundaciones. Los servicios de emergencia advirtieron que 200.000 personas más se quedarían sin suministro en la noche de ayer. Esto se une a los cortes en el suministro eléctrico. El Gobierno está llevando agua potable en camiones. En Sutton, en el sur de Londres, se ha aconsejado a al menos 80.000 viviendas y negocios que hiervan el agua antes de usarla. Algunos supermercados han vendido toda el agua embotellada en sus almacenes.

Lo extraordinario de estas inundaciones es que fueron precedidas por otras lluvias torrenciales que el 24 de junio causaron problemas similares a los actuales en ciudades como Sheffield, Doncaster y Hull.

Este no ha sido el mejor comienzo para el Gobierno de Gordon Brown, que en su primer mes de mandato ha tenido que hacer frente a alertas de seguridad en Londres y Escocia y a las inundaciones inglesas. Ayer prometía que el programa de construcción de tres millones de viviendas en el que había basado gran parte de su programa electoral seguiría regulaciones estrictas para evitar el riesgo de inundaciones. Sin embargo, la propuesta presentada por la Administración Brown deja entrever que tendrán que construir viviendas en zonas propensas a inundaciones.

 

sin acceso al agua

Morir de sed en mitad de las inundaciones. Trescientas mil personas se encuentran sin acceso al agua o a suministro eléctrico en zonas abnegadas por las subidas de los ríos Thames y Severn. El pronóstico augura más lluvias para esta semana.

150

mil residentes en el área de Gloucestershire están sin acceso a agua corriente, ya que la planta de tratamiento de agua en Tewkesbury está fuera de funcionamiento debido a las inundaciones.

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