Las faldas del monte Toloño dejarán de ser la mejor zona de recreo y disfrute para los vecinos de Bastida. Los habituales paseos a pie o en bicicleta, la tradición apícola y la gran riqueza ecológica y cultural de este área están seriamente amenazadas por un plan que todavía muy pocos -se podría afirmar que sólo sus principales promotores- conocen íntegramente.

El pleno del Ayuntamiento para la ratificación del plan urbanístico estaba previsto para ayer, pero el PP forzó el adelanto de la fecha y finalmente se celebró el martes, a última hora de la tarde. La asistencia de toda la Corporación -los 4 ediles del PP, los 2 de EB, los 2 de PNV y 1 de la Asociación Vecinal Bastida- y de muchos vecinos que abarrotaron la sala de sesiones del Ayuntamiento advertían de la importancia del pleno. El polémico plan urbanístico, abordado en el primer punto del orden del día, se aprobó después de que el ex alcalde Ignacio Gil Orive (PP) defendiera su proyecto haciendo referencia al Plan Territorial Parcial de Rioja Alavesa. El representante del PP habló de un «grupo de trabajo» conformado, según él, por profesionales de diversos sectores económicos de Bastida que habría respaldado el proyecto. El actual alcalde, Higinio Arinas (EB), por su parte, desmintió rotundamente la existencia de ningún «grupo de trabajo» y aseguró que el plan urbanístico incumple varias disposiciones del Plan Territorial Parcial. Por otro lado y como destacó a GARA, Arinas presentó una moción alternativa, la cual exigía un informe de actualidad para cumplir con la legalidad.

Tensión en el pleno

Los vecinos contrarios al proyecto mostraron su enfado durante y después del pleno. No ha sido la primera vez que se han vivido momentos de tensión en el Consistorio de la localidad riojana ya que en el pleno del 5 de julio increparon e insultaron, según relataron a GARA en su día algunos de los asistentes, a los concejales del PNV Agustín Egiluz y Josu Landa, que hace poco más de un mes apoyaron la elección de Arinas como alcalde -al igual que el edil de AVB- pero que desde entonces «coinciden» más con el PP. Durante la sesión del martes, Higinio Arinas se vio obligado a pedir silencio en más de una ocasión y, después de que se abordaran todos los puntos del orden del día -en otros aspectos hubo también pactos entre PP y PNV- el alcalde permitió al público asistente preguntar y exponer sus dudas. Un vecino, por ejemplo, propuso que se investigue el delito que anteriores o actuales concejales pueden estar cometiendo al votar un proyecto en el que, según él, «tienen intereses particulares». Otro vecino, simpatizante del PNV, recriminó a Egiluz y Landa su decisión de votar a favor del campo de golf. Egiluz le respondió diciendo que ellos votan «lo que manda la Junta del PNV de Labastida».

A la salida del pleno y en una plaza del pueblo muy concurrida, tuvo lugar un rifi-rrafe entre Josu Landa y un vecino; después de que hubiera algún amago de agresión, tuvo que intervenir la Ertzaintza.

Torrolate, por el disfrute público

Desde hace aproxidamente año y medio, Torrolate, una agrupación vecinal, trabaja para impedir la construcción del complejo urbanístico. Torrolate asegura que detrás de la construcción del campo de golf «hay una operación especulativa». Critica que, existiendo en Bastida terreno urbano edificable, «pretenden convertir terrenos rústicos en urbanos para intereses particulares», a la vez que defiende la importancia de que Toloño y su entorno siga siendo un lugar público «para el disfrute y aprovechamiento de los vecinos y quienes nos visitan».

La plataforma advierte también de la escasez de agua que existe en la zona y asegura que, aunque hoy en día el problema está resuelto, con la edificación del complejo «volveremos a tener el mismo problema, pero aumentado». La intención de Torrolate no es otra que conservar y defender los espacios naturales de uso y disfrute público, por lo que piden a las instituciones «hacer cumplir leyes y normativas vigentes e investigar las posibles irregularidades cometidas, como la especulación o prevaricación».

Este colectivo, que ha ido viendo cómo crece el apoyo ciudadano a sus tesis-según una reciente encuesta el 30% de la población de Bastida se oponía al campo de golf y las 800 viviendas particulares proyectadas- denuncia «las trabas y la falta de transparencia» que el anterior gobierno municipal del PP mostró a la hora de facilitar información a determinados vecinos. Además, con el fin de parar «semejante atrocidad», reclaman a las instituciones que «velen por la conservación y defensa de espacios naturales de uso y disfrute público».