GARA > Idatzia > Paperezko lupa

Maite SOROA

Mortadelo, disfrazado de espía ruso

Al CNI, en tiempos del aznarato, se le coló un espía que, con apariencia hispana, servía a los rusos de Putin. Y ayer se armó, porque el director de los servicios secretos españoles se plantó ante la prensa a contarlo.

Según el editorialista de «El País», «tiene razón Saiz al decir que es un fracaso del Centro. Pero se trata de un fracaso para el que no es fácil encontrar explicación. ¿Es normal que un agente pueda abandonar su puesto cuando tiene pendiente una investigación?». Mete las gomas a Aznar y da una cerrada ovación al Gobierno de ZP: «La decisión de llevar el caso a los tribunales, en lugar de intentar un arreglo dentro de la esfera de los servicios de inteligencia, es una salida que sienta un importante precedente y que, en cualquier caso, reforzará el Estado de derecho si el morbo que rodea a estos incidentes no se traduce en un intento de dificultar la labor de la justicia».

No pensaban lo mismo en «Abc», a quien, lo que de verdad le dolía, era la referencia al señorito: «Es muy desafortunada y malintencionada la alusión de Alberto Saiz a la situación del CNI en la etapa -entre 2001 y 2004- en que se produjo el presunto espionaje, puesto que el punto de vista partidista es inaceptable en el titular de un puesto que debe actuar con la máxima objetividad al servicio del Estado, y no puede extender sombras de duda sobre el anterior Ejecutivo en materia tan sensible como la que afecta a la seguridad nacional. También se podría recordar al responsable del CNI que la detención se produce después de tres años largos de Gobierno socialista, por lo que habría que preguntarle el porqué de la demora».

También en «La Razón» pedían discreción. O silencio, que lo mismo da: «La primera reflexión debe hacerse sobre la necesaria cautela con la que debe tratarse en todo momento la in- formación referida a unos servicios claves para la seguridad y defensa de España. Un tratamiento que debería preservarse en lo absoluto de la pugna política. En el mundo del espionaje, los casos de agentes dobles son numerosos e inevitables pero tarde o temprano acaban por ser descubiertos. Ahora sólo queda reparar en lo posible los daños causados y evitar que el asunto se convierta en un espectáculo y el Gobierno lo use con fines espúrios». Ahí les duele.

OLASO

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo