El homenaje a familiares y la protesta de uaga, el toque reivindicativo del día
Entre olor a ajos y blusas y neskas que, aún con los trajes recién lavados, no ocultaban los estragos de una noche de juerga, amanecía gasteiz. las revindicaciones, sin embargo, no faltaron a la jornada festiva. los blusas y neskas homenajearon a los familiares de los presos, mientras que los agricultores de uaga retiraron su ganado de la feria para protestar por los lobos.
La cuesta de San Francisco ofrecía una estampa curiosa cuando hacia las ocho de la mañana los encargados de los puestos de ajos se cruzaban con quienes volvían a casa después de una larga noche de juerga. Así, al menos, lo explicaron desde detrás de un puesto dos mujeres que venían de la Ribera para vender sus ajos. «El ritmo va mucho más lento que otros años, pero siempre se suelen acabar», apuntaba Txocarro, una de las vendedoras.
Y es que muchos gasteiztarras aprovechan el día de Santiago para proveer sus cocinas de ajos, bien pagando unos 15 euros por la ristra o algo menos por el ajo, morado a rojo, a granel. Asier, encargado de un puesto, explicaba la diferencia: «Se conservan parecido, pero la ristra es mucho más cara por todo el trabajo que lleva; es básicamente ornamental».
Las diferentes cuadrillas, mientras, celebraron en la Virgen Blanca su particular carrera de burros. Los animales, asustados por el pistoletazo de salida que sonó a las 10:30 horas, empezaron la carrera con vueltas rápidas, aunque a cada subida y bajada les costaba más. Quizás por eso, los blusas de Los Bainas no dieron más que cuatro vueltas (en lugar de las cinco estipuladas por la comisión), se autoproclamaron campeones y, sin mirar mucho alrededor, comenzaron a celebrarlo. Pero Okerrak, que con su burra La Coz, sí completaron las cinco rondas fueron quienes, oficialmente, ganaron.
Tampoco el deporte rural empezó del todo tranquilo. Con el camión que traía las piedras dando vueltas por Gasteiz, la exhibición empezó media hora más tarde de lo acordado. Aun así, bastante gente se acercó hasta la plaza para ver las carreras de txingas y sacos, el levantamiento de fardos o los harri-zulatzailes.
Una feria interrumpida
La feria de ganado que se celebra en Zurbano rompió este año su habitual tranquilidad cuando un centenar de miembros de UAGA, la Unión de Agricultores y Ganaderos de Araba, irrumpieron en la feria para protestar por el problema del lobo. Los representantes del sector ganadero leyeron un manifiesto y anunciaron que retirarían los ejemplares de la feria para denunciar la pasividad con la que actúan las instituciones ante la presencia de lobos en Araba.
Por ello, hacia la una del mediodía empezaron a desaparecer todas las cabezas de ganado de la feria, con el objetivo de concienciar sobre el futuro de este acto ya que, tal y como señalan fuentes de UAGA, «si continúan los ataques al ganado, cada vez va a ser más difícil celebrar ferias» con animales de la zona.
Homenaje a los familiares
Un año más, el homenaje a los familiares de los presos políticos vascos congregó a mucha gente en la plaza de los Fueros. La falta del habitual toldo que el Ayuntamiento acostumbra a colocar en el escenario hizo que los familiares se tuvieran que sentar en una esquina de la plaza, a la sombra. Bajo el lema «preso gaixoak eta kondena beteta dutenak etxera», la Comisión de Blusas y Neskas rindió un conmovedor tributo a las personas que sufren la política carcelaria impuesta por los estados español y francés.
La txalaparta y un bertso cantado por Rubén Sánchez, que se encargó de la presentación, abrieron el acto. Después le siguieron las palabras de Iratxe Irigoien, presidenta de la Comisión de los Blusas y las Neskas. Irigoien admitió «sentir pena» por tener que repetir, «después del momento esperanzador que vivíamos el año pasado», el homenaje «en una situación más complicada». Mientras recordaba y denunciaba las recientes detenciones producidas en Gasteiz, mostró su solidaridad a los familiares de los presos.
El aurresku tampoco falló y, un año más, fue un blusa el encargado de dedicarles la emotiva danza vasca a los allegados de los represaliados vascos. Después de esto y entre una gran ovación, los blusas regalaron estatuillas conmemorativas y pañuelos típicos a los familiares. En total fueron 41 estatuillas y pañuelos, de ellos 33 dedicado a cada uno de los presos y 8 a los exiliados. Antes de finalizar el homenaje con el «Eusko Gudariak» de la mano de la txalaparta, una representante del movimiento pro-amnístia criticó «la política represiva de los estados español y francés» y proclamó «una Euskal Herria sin ataduras».
Menos profundos resultaron los cánticos que entonaron las cuadrillas a partir de las cinco de la tarde en el primer paseíllo del año. Acompañados por txarangas o txistus, las diferentes cuadrillas tardaron alrededor de una hora en salir, pero se notó la fuerza del primer día. Incluso alguno de los blusas trajo a Gasteiz los megáfonos que tanta polémica levantaron en Sanfermines.
Después de que todos llegaran a las inmediaciones de la plaza de toros, algunos optaron por quedarse en los bares de la zona mientras que otros se acercaron a la plaza de los Fueros para jugar el torneo de pelota entre blusas. Después de negociar con una familia que se había acercado al frontón a jugar un partido de raquetas, una docena de jóvenes empezaron a aporrear la pelota.
Tras el caos inicial, unos cuantos blusas algo responsables pusieron orden e instalaron un par de fajas para señalizar los lugares de la falta y el pasa. Así, Gasteiztarrak, Nekazariak, Garraxi y Desiguales, las cuatro cuadrilas elegidas por sorteo, pudieron disputar este peculiar torneo.
Jokin BEREZIARTUA-Itziar AMESTOY