Una explosión ocurrida cerca de la Mezquita Roja de Islamabad, que ayer abrió sus puertas dos semanas después del asalto del Ejército, mató a 13 personas e hirió a 71. La Policía arrestó a 50 personas.

La deflagración se produjo en un área comercial situada a medio kilómetro de la mezquita, donde los estudiantes se enfrentaron a los agentes policiales que emplearon gases lacrimógenos.

Todo empezó cuando cientos de jóvenes se manifestaron en las inmediaciones del templo para reclamar el regreso del antiguo imán, Maulana Abdul Aziz, detenido en el asedio a la mezquita.

Los manifestantes corearon gritos contra el presidente Musharraf y el Gobierno paquistaní.

Decenas de policías ocuparon entonces las inmediaciones y empezaron a disparar bombas de humo. Cuando la situación parecía calmarse, estalló la bomba que el Gobierno atribuye a un kamikaze. El Ministerio de Interior vinculó este atentado con la toma de la Mezquita Roja, en la que murieron un indeterminado número de personas. El templo, así como el centro de estudios para mujeres, resultaron gravemente dañados por las explosiones que dejaron en su estructura un gran número de agujeros.