El Comité de Derechos Humanos de la ONU pidió ayer al Gobierno de Sudán que persiga con «urgencia» los crímenes cometidos en la región de Darfur y que se asegure de que las milicias no reciben apoyo de su Ejército para acometer una «limpieza étnica» entre la población.

Según explicó el presidente de ese Comité, Rafael Rivas-Posada, uno de los puntos que más les preocupa es «la impunidad de la que gozan las milicias responsables de la limpieza étnica que tiene lugar en Darfur y de las graves y sistemáticas violaciones de los derechos humanos, tales como asesinatos, violaciones, desplazamientos forzados y ataques indiscriminados contra civiles».

El Comité de Derechos Humanos, formado por dieciocho expertos, ha elaborado un informe en el que habla de «claras violaciones de derechos humanos» y lamenta que «las autoridades no hayan emprendido ninguna investigación».

También ha instado a las autoridades de Jartum a que protejan a las víctimas, les asegure alguna compensación, y a que aborden el problema de los niños soldado.

El informe hace especial hincapié en la protección de los derechos de la mujer y, en particular, a su participación en la vida pública.

«La peor tragedia humana»

Esta región vive un conflicto desde febrero de 2003, cuando los movimientos de Liberación de Sudán y de Justicia e Igualdad se alzaron en armas para protestar contra la pobreza y la marginación de esa región.

Desde entonces, esta guerra interna ha causado ya más de 200.000 muertos y cerca de 2,5 millones de desplazados y refugiados en lo que, según la ONU, constituye «una de las peores tragedias humanas de las últimas décadas».