GARA > Idatzia > Eguneko gaiak

Imágenes para disfrutar y aprender

Rencontres d'arles, paraíso de la fotografÍa

El paraíso para los amantes de la fotografía existe y está en Arles, en el sur de Francia. Exposiciones, mesas redondas, proyecciones, cursillos... llenan la ciudad de Occitania este verano, como en los pasados 36 años, desde que el fotógrafo Lucien Clergue pusiera en marcha Les Rencontres d´Arles, cita obligada para quien desee llenarse los ojos y la mente de la mejor fotografía que se hace hoy en el mundo. Con 25 euros en el bolsillo es posible visitar todas las exposiciones.

Gotzon ARANBURU

Por dónde empezar? Una simple mirada basta para localizar el cartel del gato bigotudo que sirve de símbolo de Rencontres y se encuentra adherido en todos los edificios que albergan las muestras, pero es más recomendable guiarse con el mapa oficial, ilustrado y muy completo, que se puede coger en cualquiera de estos edificios. Iglesias, bibliotecas, fábricas abandonadas... se convierten en museos entre junio y setiembre, haciendo que a la contemplación de las imágenes fotográficas se una el placer de deambular por un templo del siglo XII o por los antiguos e inmensos talleres de SNCF que las acogen; además, en el trayecto entre unas y otras exposiciones uno se encuentra por todas partes con restos de arquitectura de la época romana, entre los que destaca el monumental coliseo.

El punto de partida podría ser, precisamente, los Ateliers de SNCF, pues en estas amplias naves se concentra el plato fuerte de las exposiciones, cincuenta en total a lo largo y ancho de la ciudad. La mayor parte de las muestras han sido producidas expresamente para Rencontres, con frecuencia mediante acuerdos de colaboración de los organizadores con museos e instituciones francesas y extranjeras, tanto públicas como privadas. Y tampoco falta la colaboración de las empresas del sector. Por esto, no es raro toparse con el logotipo de HP o Sony junto al del Ministére de la Culture et de la Communication.

En Ateliers impresionan, para empezar, las reproducciones a gran tamaño de los rostros de ciudadanos palestinos e israelíes captados con el gran angular, deformados y gesticulantes, adheridos en los muros desconchados de la entrada a los antiguos talleres ferroviarios. El potente blanco y negro de las imágenes resiste bien, por ahora, el castigo de la luz solar, y de todas formas las fotografías serán arrancadas en setiembre mediante chorros de agua a presión. Ya en el interior, los ojos se dirigen a las fotografías, también de gran formato, producidas en el distrito pekinés de Dashanzi, el centro privilegiado del arte japonés contemporáneo desde 2002. En colores intensos, las imágenes muestran el desarrollo acelerado de la nueva China, donde los rascacielos de acero y cristal devoran casas, calles y pueblos enteros de ladrillo; el neón y los anuncios luminosos barren a las farolas y los árboles, en un proceso de demolición y construcción que aturde al espectador. Violencia y poesía se conjugan en la obra de Huang Rui, Gao Brothers, Rongrong... que presentan sus obras bajo el epígrafe «China / Chai-na», juego de palabras originado por el significado de la expresión Chai-na, que se traduce por «Demolición aquí».

Y de China a India, nación que celebra el 60 aniversario de su independencia del imperio inglés. Ocho exposiciones de otros tantos autores presentan una completa muestra de la fotografía india actual, que fluctúa entre el trabajo clásico de Raghu Rai, corresponsal de Magnum en el país asiático, hasta el más vanguardista de Sunil Gupta, que toca temas como el sida, pasando por el fotoperiodismo de Pablo Bartolomew, que enfoca su cámara a los marginados, numerosos, de la sociedad india.

El inmenso Taller Eléctrico de la SNCF, en sí mismo un museo de arqueología industrial sabiamente convertido este verano en una sucesión de salas expositivas, acoge en uno de sus reductos más sombríos dos muestras que se contraponen en su filosofía pero coinciden en su tema: la fotografía de las más altas autoridades del Estado, tanto en Gran Bretaña (la reina Isabel II) como en el Estado francés (los presidentes de la República). En el caso de Isabel II, se expone medio centenar de imágenes, todas tomadas por maestros del retrato y de absoluta perfección técnica, que muestran el recorrido vital de la reina, desde que era una niña recién nacida hasta hoy, cuando ya ha cumplido 80 años y su cabello ha encanecido por completo. Son fotografías que, una a una, pueden resultar anodinas por conocidas (al menos para los lectores de «Hola» y similares) pero que colocadas sucesivamente impactan por lo crudamente que reflejan el paso de la niñez a la juventud, luego a la edad adulta y finalmente a la vejez de una persona, independientemente de su estatus social. En el caso de los presidentes de la Republique, el enfoque es radicalmente distinto, pues consiste en que cuarenta fotógrafos han sido invitados a imaginar cómo realizarían el retrato oficial de una hipótetica presidenta, encargo que han resuelto desde el humor (presidenta bigotuda), la reivindicación (primera dama gay, negra, madre de familia...), la perspectiva onírica (presidentas pixeladas) u otros enfoques. Desde luego, los retratos no dejan indiferente al espectador, cosa que no se puede decir de las fotografías oficiales de los verdaderos presidentes, caso de Pompidou, D´Estaing, Mitterrand o Sarkozy, también mostradas y aburridamente académicas.

La muestra más importante de Rencontres 2007 es, probablemente, la dedicada a la mítica agencia Magnum, que también cumple sesenta años de vida. Con este motivo, las imágenes de ochenta fotógrafos que han pertenecido o pertenecen a Magnum cuelgan de las paredes del Taller Eléctrico, donde también se proyectan individualmente. Los clásicos venerados por todo fotoperiodista, como Cartier-Bresson, Robert Capa (el hombre que captó los bombardeos franquistas sobre Bilbo en 1937) o David Seymour, comparten espacio con Josef Koudelka o Donovan Wyle, que dibujan con luz la situación actual de los gitanos o de los orfanatos albaneses. Sin embargo, tan interesantes o más que las fotografías expuestas en los muros son los libros, docenas y docenas de ellos, que se ofrecen al hojeo de los visitantes en las mesas dispuestas al efecto en los porches de la nave y que contienen la obra de los hombres y mujeres de Magnum. Lamentablemente, pero también comprensiblemente, libros miticos, como el primero publicado por Henri Cartier-Bresson, «Images á la sauvette», se muestran encerrados en recipientes transparentes. Igualmente se exponen al público los volúmenes (más de 400) presentados al concurso Prix du Livre, destinado al mejor libro de fotografía editado el pasado año. Lo cierto es que una simple ojeada a cada una de estas magníficas obras ya llevaría más de un día completo, teniendo en cuenta que el horario es de 10 a 19 horas.

Es hora de abandonar los antiguos talleres de SNCF, no sin antes dedicar algún tiempo a observar la obra de los nuevos valores de la fotografía, como el cubano Guillermo Calzadilla o la suiza Anna Katharina Scheidgger, que muestra impactantes fotografías de montaña muy alejadas de las clásicas de las revistas del género, y dirigirse al centro de la ciudad, donde iglesias, teatros y escuelas mantienen sus puertas abiertas para que el visitante contemple las fotografías allí expuestas. Dos muestras resultan especialmente interesantes. Por una parte, la que se presenta en el centro Van Gogh y contiene los álbumes fotográficos propiedad de los maharajs; por otra, una amplia retrospectiva de la obra del español Alberto García Alix, que expone fotografías en blanco y negro de gitanos, moteros y actores y actrices porno... en la iglesia de Sainte Anne, donde se puede contemplar en plena acción a Nacho Vidal y su compañera de reparto bajo los severos arcos y columnas del templo. Bien es verdad que un letrero avisa en la entrada a los visitantes de lo que les espera dentro.

Un último consejo. Merece la pena destinar treinta euros a comprar el catálogo de Rencontres d´Arles 2007, pues así podrá el visitante revisar con posterioridad gran parte de las imágenes expuestas y que, probablemente, no haya tenido tiempo ni fuerzas para ver en su totalidad.

Leica makinak eskura

Argazki erakusketak dira Rencontres-eko erregina, baina fotografiaren inguruko beste hainbat jarduera eta ekitaldi ere eskaintzen ditu. Izen handiko argazkilarien hitzaldiak, esaterako. Magnum agentziako Carl de Keyzer eta Martin Parr Arlesen izan dira, bere lanaren nondik norakoak azaltzen. Keyzer-ek, Sobietar Batasunaren gainbeherakada dokumentatu zuen, eta Parr-ek barre egiten dio bere makinarekin egungo gizarte ingelesari. Susan Meiselas Nikaraguako iraultza bertatik bertara bizi izan zuena ere hemen ibili da, baita Abbas ere, islama eta kristautasuna sakon asko aztertu dituena. Kamerarekin ez ezik, argazkilariok hitzarekin ere ondo adierazten dute euren begiek ikusi dutena, eta hainbeste ikusi dute...

Rencontres-en enpresa pribatuek toki garrantzitsua betetzen dute, batez ere argazkigintza eta inpresio arlokoek, eta ez bakarrik babes ekonomikoari dagokionez, baizik eta bisitariei eskaintzen dizkieten aukerengatik. Leica marka mitikoak, adibidez, bere kamera berrienak -M8 digitala horien artean- jartzen ditu ikusleen eskuetan, proba ditzaten. Sony ere ez dabil urruti, bere Alpha Bus-a Arlesen gelditu baita, nahi duen orok Japoniako fabrikatzailearen kamerak, objektiboak eta bestelako tresnak erabil ditzan. Eta HPk, berriz, inpresoren lana erakusten du; esan beharra dago Arlesen egunotan ikus daitezkeen argazki handienetako batzuk -batzuk lau metro koadro baino handiagoak- tinta-inpresoretan egindakoak direla. Eta berta-bertatik begiratuta ere pixelik ez da nabaritzen. G. A.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo