Un manual para terminar con los estereotipos que perjudican la imagen de los inmigrantes
La Coordinadora de ONG de Euskadi de Apoyo a Inmigrantes Harresiak Apurtuz ha editado recientemente un «Manual recopilatorio de buenas prácticas periodísticas» con el que pretende terminar con los estereotipos que perjudican la imagen de los inmigrantes.
Agustín GOIKOETXEA
La publicación pretende que tanto los profesionales como las empresas periodísticas e instituciones se propongan un esfuerzo normalizador a la hora de tratar las informaciones que tienen como protagonista a los colectivos de inmigrantes. Harresiak Apurtuz plantea como ejemplo la difusión de valores positivos de las diferentes culturas que la configuran, «obviando estereotipos y términos semánticos que sean susceptibles de perjudicar la valoración social de estas personas». El manual pretende ser una herramienta que favorezca este compromiso de los diferentes estamentos para asumir una responsabilidad social ante la inmigración.
La decisión de editar este manual surge a raíz de la celebración en mayo de las III Jornadas sobre el Tratamiento Informativo de la Inmigración, impulsada por la coordinadora de ONG con la colaboración del Consejo de la Juventud de Euskadi. La base de la publicación es el Manual de Estilo Periodístico redactado hace unos años por el Colegio de Periodistas de Catalunya.
Entre sus ideas básicas está la que incide en la no inclusión del grupo étnico, color de la piel, país de origen, religión o cultura en los elementos básicos de la información periodística, si no es estrictamente necesario para la comprensión global de la noticia. También se subraya la necesidad de evitar las generalidades, los maniqueísmos y la simplificación de las informaciones. «Los residentes extranjeros no comunitarios son tan poco homogéneos como los autóctonos», recuerdan desde Harresiak Apurtuz.
Un aspecto remarcado en los últimos años es que no deben potenciarse las informaciones negativas ni las sensacionalistas. «Hay que evitar inútilmente conflictos y dramatizarlos», una práctica común en algunos medios de comunicación, en vez de «potenciar la búsqueda de noticias positivas».
Al contraste de los versiones institucionales suman la obligación de potenciar las aportadas por las minorías étnicas «y tener especial cuidado en las informaciones referidas a los países de origen» de los inmigrantes. Asimismo, apuestan por una política de rectificación de los medios, que declaran es «beneficiosa» para ellos. No se olvidan de la importancia de la selección de las imágenes que pueden transformar totalmente el sentido de una información.
En todo el manual se insiste en el papel de los profesionales a la hora de alabar el papel enriquecedor y positivo de la multi-interculturalidad en la sociedad.
Evitar la invisibilidad de las mujeres
Un aspecto subrayado en el manual, que ha sido editado con el apoyo de BBK, es la necesidad de transformar el modo de hablar y de escribir para «visibilizar, respetar y reconocer» lo que tanto las mujeres como los hombres que integran el colectivo de personas extranjeras aportan, y han aportado, a la sociedad. Es imprescindible por tanto utilizar un lenguaje que no discrimine a las personas en función del sexo.
En el ámbito de las mujeres se recomienda evitar la comparación o contraposición de las inmigrantes como sumisas de culturas atrasadas. Así, proponen preguntar a estas mujeres por su proyecto migratorio: «las razones por las que decidieron emigrar, las expectativas que tenían, y la situación en la que se encuentran. También se apuesta por huir de la indicación del estado matrimonial o de pareja, siempre que dicha indicación carezca de valor informativo.
En las habituales informaciones sobre desarticulación de redes y mafias de prostitución, se plantea dar a conocer el destino de las mujeres «liberadas», sobre las consecuencias de su posible expulsión, procurando recoger sus testimonios. Además, en otro apartado más general, el manual recomienda, sin esperar a que surja el conflicto, abrir el debate social sobre la situación de las inmigrantes en el ámbito laboral, sobre la precariedad que soportan, sobre los problemas específicos para conseguir la regulación trabajando en el mercado sumergido.
Otro ámbito en el que se efectúan recomendaciones es en el de los menores, donde se apunta que los intereses de los niños han de prevalecer sobre cualquier otra consideración, «incluso cuando se trata de denunciar cuestiones de injusticia que afectan a la infancia», o de promover sus derechos.