Por fin agosto y las ansiadas vacaciones! Quien más quien menos hará un viajecito fuera del entorno habitual y supongo que la mayoría se llevará esos libros que amontonamos durante el año. Propongo añadir uno más: «Viajeras, intrépidas y aventureras» de Cristina Morató, editado por Plaza y Janés.

Hoy las estadísticas dicen que las mujeres viajamos más que los hombres, además de preparar el 70% de los viajes compartidos. Pero las mujeres siempre han viajado, descubriendo otras culturas y dejando testimonio de ello aunque, como en otros campos, la historia, escrita siempre desde el poder y desde los hombres, ha olvidado a las grandes viajeras y exploradoras que han recorrido el mundo. Según la escritora Jane Robinson, fueron alrededor de cuatrocientas las primeras viajeras que dejaron testimonio de sus fabulosas travesías en ensayos y relatos que, más tarde, les abrieron camino a varias generaciones de científicos y trotamundos. Sin embargo, hasta avanzado el siglo XVIII nadie había ido al rescate de esos valiosos documentos.

Parte de esa historia es la que rescata Morató en su libro. Recoge las hazañas de un puñado de mujeres que se lanzaron a descubrir mundo y de las que muy poco sabemos. Desde mujeres audaces hasta tranquilas amas de casa que, llevadas por el «demonio» de la curiosidad y hartas de su papel social, se aventuraron desde los tiempos más remotos a viajar allí donde los mapas estaban en blanco. Pioneras, cultas y curiosas, adelantadas a su tiempo, que rompieron moldes y lucharon por tener un papel distinto al que la sociedad de su época las constreñía. El propósito de la autora, según dice, ha sido reparar una injusticia histórica respecto a las mujeres, rescatando sus hazañas y sus vidas. Pretende que la gente sepa que estas mujeres no eran unas locas ni unas excéntricas, sino que eran mujeres cultas y preparadas que se enfrentaron a los mismos peligros que los grandes exploradores y viajeros del momento.

Lo ha conseguido con un libro que se lee a gusto, de ahí mi recomendación. Las vidas de estas mujeres son fascinantes. Desde la de Egeria -abadesa gallega que fue la primera en llegar a Tierra Santa en el año 384- a las misioneras del Tíbet, las mujeres piratas, la primera Almiranta, las damas del desierto, las pioneras de la aviación... Intrépidas viajeras que han pasado ya a la historia como Mary Kingsley, Isabelle Eberhart o Alexandra David-Neel.

Hoy, aquí y ahora, siguen estando a nuestro lado muchas viajeras. A algunas, y a hombres con quienes viajaban, las hemos perdido con dolor en el Yemen, aunque con la tranquilidad de saber que estaban donde querían.

La donostiarra Arantxa Gurmendi, que durante 35 años ha viajado por más de la mitad de los países del mundo, dice: «al viajar voy con los cinco sentidos bien abiertos para observar, conocer, comprender, aprender, intercambiar y disfrutar». Yo, cuando viajo, procuro ir como ella. ¡Buen agosto y hasta septiembre!