IGUALDAD La Française tiene a tres chicas como masajistas y en Barloworld desempeña esa labor la esposa de un ciclista del equipo
Cada vez son más las mujeres en un pelotón con mayoría masculina
Los puestos de masajistas, relaciones públicas y médicos empiezan a ser ocupados por mujeres que viven con naturalidad en un pelotón del Tour en el que son clara minoría porque la mayor parte de las estructuras están formadas íntegramente por hombres
Joseba ITURRIA | ENVIADO ESPECIAL
Son minoría aún en un mundo eminentemente de hombres, pero los equipos ciclistas comienzan a confiar en mujeres que demuestran su aptitud para ocupar los puestos de masajistas, médicos, responsables de prensa o relaciones públicas y en el Tour se ha podido ver a más de una decena de féminas que asumen con naturalidad su inferioridad numérica.
Antes la presencia femenina en el Tour se limitaba a las encargadas de lucir sus bellezas para entregar los premios en el podio o para moverse en la caravana publicitaria. Pero en los últimos años comienzan a incorporarse mujeres también a las estructuras de los equipos profesionales del UCI Pro Tour.
El equipo donde hay más mujeres en el Tour es La Française de Jeux, que tiene a tres masajistas femeninas: Aurélie Beguin, Vanessa Civit y Sophie Frenette. Según explica uno de los directores del equipo, Thierry Bricaud, «si están en el equipo es porque tienen el diploma de fisioterapeuta y porque hacen bien su trabajo. En el equipo hay masajistas que son hombres, pero ellas son las mejores y por eso van al Tour. Estamos muy contentos con ellas porque los corredores están más tranquilos y eso es bueno para la recuperación en una cita como el Tour».
Las tres han estado vinculadas con el ciclismo en particular y con el deporte en general. Así Vanessa Civit y Sophie Frenette han andado en bicicleta y Aurélie Beguin fue campeona francesa de lucha y ha participado en campeonatos del mundo.
«Igual de competentes»
Thierry Bricaud está orgulloso porque su equipo «es el que más mujeres tiene en su estructura. Además tenemos otras dos en puestos de alto nivel. Es necesario que el ciclismo crezca y tengan cabida las mujeres. Antes sólo había hombres en el pelotón, peor ahora también hay mujeres, que son igual de competentes. A la hora de dar masajes no hay ningún problema para que los den ellas».
También trabaja como masajista en el Barloworld la sudafricana Adriana Perry, que debe su apellido a su matrimonio con el ciclista del mismo equipo James Lewis Perry. Adriana lleva cuatro años en el equipo sudafricano y, a diferencia de su marido, sí está en el Tour. Preguntada por su vinculación con el deporte del ciclismo, explica que «yo era ciclista, sólo estuve un año en edad junior. En Europa corrí poco, pero fui vigésima en el Mundial. Cuando deje la bicicleta me surgió la posibilidad de entrar en un equipo que tiene esponsor sudafricano. Estoy muy contenta aquí porque además me permite estar con mi marido. Si no hiciera este trabajo casi no le vería nunca. Elegí este puesto porque él era profesional y cuando se fue de Sudáfrica a Europa decidí hacer este trabajo porque en condiciones normales nos permite estar juntos, aunque él no corre el Tour».
En esa triple condición de masajista, de única mujer del equipo y de esposa de un corredor, Adriana no siente ninguna incomodidad: «Para mí esto es como un trabajo normal. Hay muchos trabajos en los que sólo hay una mujer. Los corredores me respetan mucho».
Desde Sudáfrica
Sobre el estado del ciclismo en Sudáfrica, que ha logrado con su compañero Robert Hunter su primera victoria en el Tour, Adriana comenta que «tenemos cinco o seis ciclistas profesionales. Allí hay pocas carreras y son diferentes porque son más cortas, de 80 a 120 kilómetros, y es más fácil ser ciclista. La cultura de allí es diferente, se gana un buen dinero, pero ahora que ha entrado Barloworld, es normal que muchos sudafricanos quieran entrar en nuestro equipo».
Hay varias doctoras entre los conjuntos participantes en el Tour. Así Saunier Duval tiene a María Sagasti y en el equipo Astana trabaja Raquel Hortelano, que se encuentra en su tercer año en el ciclismo profesional tras estar los dos anteriores en el Liberty Seguros.
A la hora de explicar su entrada en el ciclismo, Raquel Hortelano cuenta que «trabajaba en un centro de medicina del deporte en Asturias y allí iban a hacerse anualmente todas las revisiones médicas los ciclistas del Liberty Seguros. A través de ellos conocí a Manolo Saiz. Hubo un momento en el que necesitaron de un médico y me llamaron a mí. Al principio estuve compaginando los dos trabajos durante el primer año, pero al final vi que esto me quitaba muchísimo tiempo y decidí trabajar sólo para el ciclismo».
Apenas estuvo unos meses con Vinokourov, pero fue uno de los pocos integrantes del Liberty a los que el kazajo quiso llevar a la nueva estructura. Sobre su relación con el protagonista negativo del Tour, le elogia y señala que «no sé si ha valorado mi trabajo o simplemente las circunstancias, porque tampoco es fácil encontrar a médicos para trabajar en el ciclismo».
Sobre su condición de una de las dos únicas mujeres del equipo junto con la responsable de prensa, Corine, Raquel señala que «lo llevo muy bien lo de estar en un mundo de hombres porque hay una discriminación positiva, por el hecho de ser mujer te respetan muchísimo. Tanto la gente de tu equipo como la de los demás. Además a mí siempre me ha gustado mucho el ciclismo. En mi casa hay mucha afición. Mi hermano fue muy aficionado a las bicis y siempre he estado siguiendo este deporte, primero por la televisión y luego cuando trabajaba en Asturias en este centro estaba muy en contacto con los ciclistas porque iban mucho allí».
Relaciones públicas
Más mujeres hay en las estructuras de los equipos en tareas administrativas, que no están en el Tour, y en los puestos de responsables de prensa y relaciones públicas. Entre estas destaca la holandesa del Milram, Marlies van Gerwen. «Este es mi séptimo Tour. En cinco estaba como encargada de hacer los contratos de los corredores que querían participar en criteriums y los últimos dos como relaciones públicas de Milram».
Ese trabajo lo desempeña por mediación de su padre Gerry, que fue nueve años profesional en la década de los ochenta, en los que obtuvo 25 victorias: «Mi padre montó una oficina de intermediación para hacer los contratos entre los equipos y las organizadores de pruebas de países como Holanda, Alemania, Suiza o Francia. Trabajábamos para unas 120 organizaciones de carreras profesionales, pero mi padre vendió esa oficina y Milram le ofreció ser el mánager comercial y yo soy su ayudante y me encargo de acompañar a los esponsors durante el Tour».
Adriana Perry es la única mujer del Barloworld porque «mi marido estaba en el equipo, se fue de Sudáfrica a Europa y decidí hacer este trabajo porque en condiciones normales nos permite estar juntos, si no casi no le vería».
La holandesa Marlies van Gerwen acabó ayer su séptimo Tour. Los cinco primeros los realizó como trabajadora para una oficina encargada de hacer los contratos para los criteriums y los dos últimos como relaciones públicas del Milram.