Iratxe Larrea nació en la capital vizcaina en 1972 y desde 2003 expone con asiduidad fuera y dentro de nuestras fronteras. Galerías de prestigio y ferias tales como Art Miami, Art Palm Beach (Florida), Arte Lisboa, Artfair (Colonia) y ArteBA (Buenos Aires) han acogido su producción en los últimos años.

¿Cuál ha sido el eje de su investigación?

Mi tesis ha consistido en investigar sobre el arte, sobre la mujer y todo lo que tiene que ver con lo textil. Mi trabajo artístico tiene que ver con lo textil en general; aunque utilice, en ocasiones, silicona, la coso. Son obras que tienen que ver con lo textil y con el mundo de la mujer, con lo doméstico, con lo cotidiano. De ahí mi interés por conocer la aportación de la mujer al arte. Mi estudio arranca a finales del siglo XIX, que es cuando se introduce en el mundo laboral y en los otros campos públicos, entre ellos el arte. Poco a poco va participando, pero sobre todo a partir de los años 70. En la tesis hablo de eso y, sobre todo, de que es la mujer la que aporta al mundo del arte todo lo que tiene que ver con lo textil, esa visión de lo íntimo, de lo cotidiano, de lo doméstico.

¿Se ha sentido identificada con las mujeres de hace un siglo?

Me he sentido identificada en el sentido de que ellas tuvieron que pelear para entrar en el mundo del arte. Ahora teóricamente hay una situación de igualdad, sin embargo, seguimos teniendo que peleárnoslo, aunque obviamente no tenga que ver con lo de hace un siglo.

Se ha fijado, asimismo, en la artista actual...

Sí, porque me interesaba examinar a las artistas contemporáneas que utilizan este procedimiento relacionado con lo textil, que está asociado a lo femenino. Somos artistas que nos valemos de una técnica artesanal, ancestral, que tiene que ver con algo que hoy en día no se valora, como es el mundo del hogar. Hoy en día, si dices que eres ama de casa, se considera que has fracasado. Este tema despertó mi curiosidad porque nosotras estamos consideradas intelectuales y de repente nos volcamos a utilizar algo que, en principio, tiene que ver con todo lo contrario. Quizá en nuestra carrera, por querer equipararnos al hombre, sentimos que hemos dejado de lado esa parte femenina. Hay artistas que optan por este procedimiento como una manera de recuperar su historia, la esencia de la mujer.

Y ¿qué significado tiene para usted lo textil?

Yo, por un lado, experimento con la técnica. Hay veces que utilizo materiales textiles pero, en otras, manejo otro tipo de materiales como la silicona, que es, en principio, muy basto. Yo trato de sacarle rendimiento a su textura, a su brillo; hago piezas que son atractivas visualmente y que llaman a tocarlas. Viene a ser como una alquimia o una transformación. Experimento con los elementos por separado pero, además, me interesa como una manera de conectar con mi historia como mujer. Como aparece en la tesis, el textil ha sido una herramienta y un modo de expresión para la mujer.

¿Cuál ha sido la principal conclusión que ha extraído de todo este trabajo?

Una de ellas es que, en arte, lo textil se utiliza, sobre todo, para crear objetos relacionados con lo escultórico, para hacer obra tridimensional. Me ha llamado la atención que hay más artistas de lo que yo creía que trabajan con lo textil y que lo hacen como una manera de recuperar nuestra historia como mujeres. La principal conclusión sería, en cualquier caso, que es la mujer quien ha introducido esta disciplina en el arte.

Otra de las cuestiones que plantea es la del debate sobre qué es arte y qué artesanía.

Sí porque precisamente estos objetos pueden parecer arte o artesanía. Lo que está claro es que, según en qué momento de la historia, se ha considerado arte una u otra cosa. Hoy prima la teoría institucional del arte, que por encima del objeto, de la forma o el material, valora el discurso, de lo que habla la obra.

Izaskun LABEAGA