jone etxebarria uriarte Larrabetzu
Hablemos claro de ciclismo
Aplacado el vendaval del Tour, llega el momento de hacer una pequeña reflexión con el corazón y la cabeza más templados.
Ha sido éste un Tour de sobresaltos, no deportivos, sino de otra índole. Quien ha pagado estos desmanes han sido los ciclistas, quienes entre esfuerzo y sudor han tenido que oír toda clase de improperios de boca de gente que analiza los hechos con las neuronas adormecidas.
En una vorágine de etapas con kilómetros y puertos interminables para los humanos y mientras la UCI lucha con nula ética para hacerse con las riendas de un económicamente goloso Tour y escudado para ello bajo el argumento de luchar en contra del doping, aún hay quien es capaz de no ver más allá de sus narices y se limita a llamar de todo a los ciclistas, que son las primeras víctimas de este tan bello como maltratado deporte.
Si es cierto que se quiere luchar contra el doping, la solución es sencilla: reduzcamos la dureza de las etapas, aceptando de antemano que el espectáculo no será el mismo y que las firmas publicitarias que invierten en beneficio propio plantearán seguir haciéndolo en estas condiciones (más humanas, pero menos televisivas y lucrativas). No seamos hipócritas y aceptemos que los ciclistas no pueden rendir a este nivel sólo a base de chocolate con almendras, pero ¿estamos dispuestos a pagar este precio?