Según un balance provisional, ocho personas han fallecido y otras tres se encuentran desaparecidas por las fuertes olas del río Qiantang, en el este de China. De las 33 personas que fueron envueltas por las aguas y tras un día entero de operaciones de rescate, 22 fueron rescatadas pero el suceso se cobró la vida de ocho bañistas, incluido un niño de nueve años. La desembocadura del río Qiantang, en las afueras de la ciudad de Hangzhou, es una zona de atractivo turístico por el fenómeno del embate de sus olas, que debido a la forma de trompeta en que termina el cauce, crea con sus cambios de corriente un repentino oleaje de hasta 3,5 metros de altura.