Gobernabilidad en Nafarroa
El PSOE despeja el camino a Sanz y le pide que «valore este gesto»
El culebrón navarro escribió su penúltimo capítulo ayer, y fue de nuevo en Madrid. Tras casi 70 días de dimes y diretes, el PSOE comunicó a los dirigentes del PSN que sus parlamentarios deben abstenerse para que UPN siga en el poder. Miguel Sanz, en lógica correspondencia, confirmó que no forzará unas nuevas elecciones que podrían dejar maltrecho al PSN. Para rizar el rizo, Zapatero afirmó que las últimas elecciones reflejan «voluntad de cambio» en Nafarroa. Los dos interlocutores del PSN durante estos dos meses comparecieron con caras largas en el Parlamento. Tanto Nafarroa Bai como IUN, en sendas comparecencias de urgencia, lanzaron un mensaje común: quieren unas nuevas elecciones que clarifiquen la situación. Tanto uno como otro culparon al PSOE del desenlace. Sólo EA parece albergar dudas sobre la actuación de la dirección del PSN.
Ramón SOLA | IRUÑEA
Como cabía prever, el viaje a Madrid de los dos líderes del PSN, Carlos Chivite y Fernando Puras, resultó infructuoso. De hecho, ambos podían haberse ahorrado los 900 kilómetros de ida y vuelta tras conocer ayer por la mañana a través de la portada de ``El País'' que el gobierno alternativo PSN-Nafarroa Bai-IUN sería vetado por la Ejecutiva Federal. Ferraz ni siquiera guardó las formas y filtró su decisión inamovible sin esperar a oír a la delegación navarra.
Ya de regreso tras el no de Ferraz, el secretario general del PSN se limitó a emitir un comunicado en el que acepta que la Ejecutiva Federal ha decidido en el ámbito de sus competencias y resalta que «no comparte» la decisión. Las bases esperan con impaciencia conocer su posición exacta para constatar en primer lugar hasta qué punto era real la apuesta por un ejecutivo alternativo formulada por escrito el miércoles por la dirección del PSN. Y lo esperan sobre todo los miembros de la Ejecutiva y del Comité Regional que auguraban anteayer una importante crisis en el partido si desde Madrid se decretaba dar vía libre a Miguel Sanz.
La primera incógnita a resolver es el impacto que tendrá la decisión de Ferraz en la sede del Paseo de Sarasate y en el grupo parlamentario, que es quien finalmente debe votar, aunque a Sanz técnicamente le bastaría el apoyo de los dos electos de CDN y la abstención de tres de los doce parlamentarios del PSN para lograr la mayoría simple necesaria para seguir en el sillón, lo que no deja opción técnica a la sorpresa. La segunda gran incógnita era la de saber si UPN se limitará a tomar el cargo o tratará de forzar unas nuevas elecciones que podrían ser letales para el PSN. Ésta quedó despejada ayer. No habrá comicios.
El líder de UPN recibió la noticia en el Ayuntamiento de Lizarra, donde se encontraba celebrando el chupinazo de las fiestas junto a dirigentes de otros partidos, entre ellos Maiorga Ramírez (Nafarroa Bai) y Ion Erro (IUN). Sanz recibió felicitaciones que contrastaban con el rictus serio de los interlocutores del PSN en esta operación frustrada para conformar un gobierno alternativo. A continuación se declaró «muy contento» y dejó claro que UPN «no va a forzar unas nuevas elecciones, aunque algunos digan que nos favorecen». «Los ciudadanos no están por la labor y tenemos que hacer todos los esfuerzos por formar un gobierno que goce de estabilidad», apostilló.
Alberto Catalán, secretario general de UPN, no se recató incluso en «agradecer al PSOE que haya tomado una decisión de estas características, sobre todo conociendo la situación que ha vivido», y añadió que su postura final «es digna de reconocimiento».
Blanco: «Que valoren el gesto»
Las palabras de los dirigentes de UPN dejan claro que no rechazarán el apoyo del PSN. Pero resultó significativo el modo en que José Blanco, en su comparecencia, pidió al partido de Miguel Sanz que «valore este gesto, en una situación difícil y después de lo que ha llovido y lo que ha sufrido el PSN», términos similares a los usados por Catalán.
Blanco indicó a UPN que «es tiempo de la responsabilidad y de buscar espacios para el entendimiento». «Queremos que Navarra tenga un gobierno estable y eso va a depender exclusivamente de Sanz», recordó. En esta ocasión, el secretario de Organización del PSOE no exigió ninguna «rectificación» ni «excusas» a UPN, como había hecho tras las elecciones cada vez que se planteaba la opción de dejar vía libre a Sanz. Y éste, a su vez, renunciaría a imponer el decálogo presentado el lunes.
Con respecto a la situación que pueda crearse ahora en el PSN, después de que tanto la Ejecutiva como el grupo parlamentario apostaran con claridad por un gobierno tripartito , Blanco no pareció excesivamente preocupado. Indicó que «no hay crisis, hay responsabilidad. Se sabe que esta decisión no se comparte, pero se asume».
El número dos del PSOE quiso hacer dos matizaciones. Por un lado, apuntó que el PSN no había tomado ninguna decisión, sino que se había limitado a trasladar a la sede central de Ferraz su opinión favorable a un gobierno alternativo liderado por Puras. Por otro, trató de argumentar que en realidad lo que ocurría es que no había un pacto cerrado con NaBai e IUN, una afirmación que no se corresponde ni con la lógica de las declaraciones de estos partidos ni con las tomas de posición de los órganos directivos del PSN. «Hoy no se dan las condiciones suficientes para gobernar con NaBai», esgrimió Blanco sin aportar más detalles.
UPN ofrecerá entrar a CDN
Miguel Sanz no se mostró sorprendido por la confirmación de la decisión del PSOE, sino más bien al contrario. De hecho, nada más recibir las noticias que llegaban de Madrid expuso sus planteamientos para los cuatro próximos años. Avanzó que ofrecerá de nuevo a CDN entrar en el Ejecutivo (aunque ahora el partido de Juan Cruz Alli cuente con sólo dos parlamentarios frente a los cuatro de la anterior legislatura).
Respecto a una eventual cooperación con el PSOE, Sanz indicó que «la idea es dejar desarrollar los acontecimientos y la acción de gobierno para ver si hay otras fórmulas de incremento de colaboración en el futuro, que yo creo que puede haberlas, porque ésta ha sido siempre una pauta de comportamiento entre UPN y PSOE. Por eso no hay que descartar mayor implicación a futuro», afirmó Sanz. En Ferraz, Blanco remarcó que estarán en la oposición sin dar «un cheque en blanco».
R.S. | IRUÑEA
Pasar por las urnas de nuevo sería la fórmula más conveniente tanto para Nafarroa Bai como para IUN, que asistieron ayer con evidente desencanto a la confirmación de que no habrá gobierno alternativo. Tanto la delegación encabezada por Patxi Zabaleta como la liderada por Ion Erro responsabilizan al PSOE y se muestran especialmente molestos por el punto de origen de la decisión final.
La declaración de la coalición formada por Aralar, EA, PNV y Batzarre incide en que «no es de recibo que se decida en Madrid, desde el prisma de Madrid, desde los intereses de Madrid, cómo ha de conformarse el futuro de Navarra». Y desde la premisa de que «corresponde a los navarros y navarras decidir su gobierno», reivindican unas nuevas elecciones, aunque Sanz descartó ya ayer esta opción.
El escrito leído por Patxi Zabaleta y Maiorga Ramírez emplaza incluso al líder de UPN para que «tenga la coherencia y la vergüenza política de no aceptar un gobierno decidido por Madrid y desde fuera de Navarra. La capacidad de decisión y la dignidad de los navarros y navarras está en contra de este nuevo zarpazo del centralismo».
NaBai puso el acento también en que «Zapatero no ha cumplido su palabra. No ha mantenido, una vez más, su promesa». Interpelada por los periodistas, Uxue Barkos dijo que es pronto para valorar si revalidarán el apoyo a su investidura dado hace tres años y medio, pero sí anticipó la opción de que rechacen el proyecto de presupuestos para 2008.
Ion Erro, coordinador general de IUN, también situó a Zapatero como «el máximo responsable» de lo ocurrido y se mostró indignado por la afirmación del presidente español, ayer en Parla, de que no estaba al tanto de la decisión de la Ejecutiva. «Se está riendo de los ciudadanos», denunció.
Erro, en cualquier caso, parece no tirar la toalla. Además de reclamar nuevas elecciones, recordó que quienes votan son los parlamentarios y apuntó que «Sanz no será presidente porque lo diga Pepe Blanco».
Varios medios dieron cuenta de que fue el propio José Blanco quien telefoneó a Miguel Sanz para comunicarle la noticia y que, incluso, le dio la enhorabuena. El líder de UPN, junto a Jaime Ignacio del Burgo, ya se reunió con él en secreto en Madrid en junio.
El número dos del PSOE, por contra, no telefoneó a NaBai, que hasta ahora había sido su interlocutor. Patxi Zabaleta confirmó que sí lo hicieron Carlos Chivite y Fernando Puras. Zabaleta se mostró seguro de que el PSN sí quería un gobierno alternativo.
El presidente del Gobierno español dio muestras de lavarse las manos. A la hora en que se reunía la Ejecutiva Federal para abordar un tema que copó todos los informativos, Zapatero cursó una visita a Parla (Madrid) para ver al alcalde del PSOE.
Mientras en Nafarroa se especulaba sobre cuestiones menores como el peso que hayan podido tener los cálculos electorales en la decisión del PSOE, en Madrid la portavoz del PP Soraya Sáenz de Santamaría puso el dedo en la llaga al situarla como «un triunfo para los que defendemos la España constitucional».
En una rueda de prensa, la secretaria ejecutiva de Política Autonómica y Local del PP recibió la constatación del aval del PSOE a UPN como «una buena noticia». Valoró la decisión del PSOE sobre todo porque entiende que «aleja del horizonte de esa comunidad cuestiones que los que defendemos la España constitucional y la situación especial de la comunidad foral de Navarra no llegábamos a entender».
Durante todas estas semanas, desde UPN y el PP se ha insistido en que un gobierno alternativo podría allanar el camino a cambios futuros en el estatus de Nafarroa. Según la dirigente guipuzcoana María San Gil, supondría dar la razón a ETA. Y todo ello pese a que el acuerdo político prácticamente cerrado entre PSN, Nafarroa Bai e IUN, y del que dio cuenta con cierto detalle ayer ``Diario de Navarra'', se limitaba a aludir a una normalización de las relaciones entre Nafarroa y «otras comunidades sin exclusiones», «desde el recíproco respeto y reconocimiento» y «disponiendo en su caso de instrumentos de seguimiento y coordinación que no puedan alcanzar carácter político e institucional». La coletilla iba destinada a impedir alguna fórmula de órgano común Iruñea-Lakua pese a que el PSOE la aceptó tanto en Nafarroa como en la CAV en 1996 y a que también la dio por buena -con un contenido competencial sustancialmente mayor- en las conversaciones de Loiola del pasado otoño.
En una entrevista en Euskadi Irratia, el mahaikide navarro Pernando Barrena afirmó que extrae «una conclusión pedagógica muy clara: ¿Cómo diablos respetará el PSOE la palabra y la decisión que tomen los vascos cuando no es capaz de respetar la decisión de sus militantes navarros? Eso es verdaderamente importante». Constató que el PSOE «no asume el ámbito de decisión vasco», ni siquiera en el espacio de su propio partido.
Otras formaciones estatales también incidieron en que el trasfondo de la decisión del PSOE es su negativa férrea a abordar cambios en el modelo de Estado. Desde el BNG, su coordinador ejecutivo, Francisco Jesús Xorquera, criticó por ejemplo que «la España plural que propugna el PSOE frente a la nación uniforme del PP es sólo un eslogan».
Joan Herrera, portavoz de ICV en el Congreso, tildó de «incomprensible» el veto del PSOE y remarcó que en Nafarroa se impide una fórmula de gobierno «que ya existe en otros lugares como Catalunya y las islas Baleares». Precisamente, una de las formaciones implicadas en estos ejecutivos es ERC, cuyo secretario de Política Internacional, Bernat Joan, fue crítico también con la posición de Ferraz. Joan dijo que «se evidencia que en cuestiones de Estado el PP y el PSOE tienen visiones muy similares», añadió que «resulta lamentable que el PSN no sea autónomo respecto al PSOE, como sí lo supo ser el PSC», y pidió a sus parlamentarios «sentido de la responsabilidad» porque si se abstienen «apoyarán al PP».
Varios cientos de personas se concentraron ayer tarde ante la sede del PSN en Iruñea con cacerolas y una pancarta con el lema «Por el cambio». Lanzaron gritos de «Zapatero mentiroso». La convocatoria se difundió con rapidez a través de mensajes sms.
