Una amenaza constante
La FAO manifiesta en un documento datado hace ya dos años que la fiebre aftosa es una amenaza constante para Europa. Al tiempo, constata que «la falta de transparencia y de datos fiables sobre la presencia y el alcance de la epidemia en áreas de alto riesgo, y el hecho de no informar a las agencias internacionales como la FAO y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) constituyen todavía un motivo de gran preocupación». En la fecha en que se data el informe, Gran Bretaña figura en la lista de países libres de la fiebre aftosa. Sin embargo, en 2001, este país sufrió ya un grave brote de esta enfermedad animal que se saldó con el sacrificio de entre seis y diez millones de cabezas de ganado. Posteriormente saldría a la luz otra crisis sanitaria, la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) más conocida como el mal de las vacas locas, que inevitablemente volvería a sacar a relucir el modelo neoliberal vigente en la agricultura y la ganadería.
Gran Bretaña es de nuevo el escenario de un brote de fiebre aftosa que se ha detectado en una granja del sur del país y que ha obligado al Gobierno de Gordon Brown a interrumpir sus vacaciones estivales para enfrentar la emergencia sanitaria. Aunque los análisis de nuevos posibles focos no han confirmado una expansión del brote a partir del localizado en Surrey, las investigaciones se centran en determinar si la infección pudo partir de un laboratorio cercano a la granja.
A partir de hoy es de esperar que la Unión Europea ratifique las medidas adoptadas por Londres para evitar la comercialización de ganado y productos derivados. En todo caso, a las medidas sanitarias debería acompañar la reflexión global sobre el modelo económico imperante y, en particular, sobre las prácticas intensivas en agricultura y ganadería. Ese modelo hace posible que países que, bien por su extensión reducida, bien por su ordenación del territorio -alta densidad demográfica y humanización del territorio, saturación de infraestructuras...- no disponen de extensos pastos, destaquen como productores-exportadores de carne. Tal sistema es, efectivamente, una amenaza constante.