Lewis Hamilton obtuvo su tercera victoria en un gran premio de Fórmula Uno, tras las de Canadá y Estados Unidos, y se afianza en el liderato del campeonato de pilotos. Con su triunfo en el circuito de Hungaroring, el británico amplía en cinco puntos su ventaja sobre Alonso, que acabó cuarto y se encuentra ahora a siete del debutante.

Sin embargo, de lo que menos se habló en la jornada de ayer fue de la carrera en sí. El éxito de Hamilton estuvo marcado por la polémica del día anterior, en la que se vieron envueltos ambos pilotos de McLaren y la propia escudería que lidera la clasificación de marcas.

Las órdenes del director de McLaren, Ron Dennis, instando al joven conductor británico a que cediera la vuelta extra a Alonso en la jornada de calificación y la acción del asturiano impidiendo la salida desde boxes de Hamilton para que éste no pudiera realizar su último giro en la tercera y decisiva tanda de calificación, tratando de evitar así que le arrebatara la pole, obligó a intervenir a los comisarios de la FIA.

Éstos decidieron retrasar cinco puestos a Alonso y castigar a McLaren con la imposibilidad de sumar puntos para el Mundial de constructores. En un comunicado oficial de este organismo se justificó la medida por considerar que se habían protagonizado «acciones perjudiciales al interés de la competición» durante la calificación.

La determinación de la FIA se adoptó a última hora de la noche del sábado al domingo y tras mantener una reunión con ambos pilotos y con responsables de la escudería británica. «La explicación dada por Alonso no es aceptada. Los comisarios consideran que, de forma innecesaria, impidió a otro piloto, y por consiguiente, será penalizado con la pérdida de cinco posiciones en la parrilla», indicaron en su comunicación.

La misiva indicó, asimismo, que «las acciones del equipo en los minutos finales de la calificación son consideradas perjudiciales para el interés de la competición y del deporte del motor en general».

Dueño y señor de la carrera

Con la primera posición en la parrilla de salida y un circuito en el que adelantar es una tarea harto difícil, Hamilton fue el dueño y señor de la prueba húngara. Impuso su ley en la arrancada inicial, se mantuvo líder en todas las vueltas y apenas se vio inquietado por un Kimi Raikkonen que pareció conformarse con la segunda plaza.

Finalmente, se hizo con los diez puntos, ya que el finés nunca llegó a lanzar un ataque total -la diferencia menor siempre se mantuvo en torno a un segundo-. Hamilton celebró con gran intensidad su victoria, no en vano peligraba y mucho su privilegiada posición ante el acoso de Alonso, si bien no estuvo acompañado en la fiesta por ningún máximo representante de McLaren.

El único susto que sufrió el piloto británico y que a punto estuvo de costarle el triunfo y el liderazgo fue en el momento de doblar a Takuma Sato. Hamilton estuvo a punto de tragarse al nipón cuando el conductor del Super Aguri realizaba la maniobra de salida del garaje.

Además del afianzamiento de Hamilton como líder, la disputa del Gran Premio de Hungría trajo consigo algunas otras novedades en la clasificación de pilotos. Raikkonen arribó a la terce- ra plaza en detrimento de su compañero de equipo, el brasileño Felipe Massa, que finalizó decimotercero, mientras el alemán Heidfeld se consolida en la quinta posición al abrir una brecha considerable respecto al polaco Kubica.