El Tribunal de Apelación de Pau decidirá mañana en torno a la euroorden contra el ciudadano vasco Pablo Aperribai, después de que ayer se llevara a cabo la primera vista sobre este caso en ese mismo juzgado.

Su abogada, Maritxu Paulus Basurko, explicó a GARA que Aperribai aceptó ser entregado al Estado español «con el fin de poder explicarse sobre el fondo de la cuestión». Paulus comentó que el arrestado, «en ningún caso» está de acuerdo con las acusaciones vertidas por el Estado español; «todo lo contrario» apostilló.

La letrada recordó que la euroorden es «simplemente un procedimiento administrativo», que no acarrea tener que estudiar debidamente el caso, por lo que en las audiencias en las que se examina esta medida no se llega al fondo de la cuestión por la que se ha abierto el sumario.

La Fiscalía pidió al Tribunal que dé luz verde a la euroorden, por lo que, según agregó la letrada, una vez que mañana el Tribunal se pronuncie al respecto, la entrega al Estado español se producirá en un plazo máximo de diez días.

El vizcaino Pablo Aperribai fue detenido el pasado 25 de julio por agentes municipales en Lannemezan. Fuentes policiales francesas aseguraron que la detención del ciudadano vasco tuvo lugar, al mediodía, en un control que había sido instalado en la citada localidad del departamento de Altos Pirineos, a unos 180 kilómetros de Baiona. Según aseguró el ministro del Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, Aperribai, que no portaba armas ni documentación falsa en el momento del arresto, fue sorprendido cuando trataba de sustraer un vehículo.

Sobre Pablo Aperribai, natural de Bilbo, pesa una orden de arresto dictada en el año 2005 por el juez de la Audiencia Nacional española Baltasar Garzón, quien le acusa de varios delitos relacionados con su presunta integración en ETA.

Ataque en Errotxapea

Por otro lado, una vivienda del barrio iruindarra de Errotxapea ha sido atacada en tres ocasiones, según ha denunciado Askatsuna, que añade que el único motivo de esas agresiones es la banderola que cuelga en el balcón, con la que se reclama la repatriación de los presos y los refugiados vascos.

Estos ataques, que han tenido lugar en la segunda quincena de julio, han sido llevados a cabo tanto con piedras como con pintura, siempre entre la una y las tres de la madrugada.

Tal y como ha dado a conocer el organismo antirrepresivo, los residentes en esta vivienda interpondrán la correspondiente denuncia.