Al menos siete heridos en las protestas de Timor Leste por la designación de Gusmao
DILI
Al menos siete personas fueron heridas ayer cuando la Policía disparó balas de goma y arrojó botes de humo y gases lacrimógenos en Baucau, la segunda ciudad de Timor Oriental. Las Fuerzas Armadas recurrieron a la fuerza para tratar de dispersar a los cientos de ciudadanos enfurecidos por la designación de Xanana Gusmao como primer ministro.
Los protagonistas de la protesta son seguidores y simpatizantes del Frente Revolucionario de Timor Oriental Independiente (Fretilin).
Este partido ganó las elecciones del 30 de junio pasado al lograr 21 de los 65 escaños del Parlamento, algo por lo que, según la Constitución, debería haber recibido el encargo del jefe del Estado de formar Gobierno.
No obstante, el presidente timorense, José Ramos Horta, eligió a Gusmao porque encabeza una coalición de cuatro partidos, que unidos, cuentan con 37 parlamentarios, número suficiente para constituir un Gobierno estable, y justificó su decisión alegando que un gobierno del Fretilin hubiera colapsado en unos meses sin el apoyo parlamentario.
Freitilin: «Ilegal»
El Fretilin calificó esta decisión de «ilegal», al tiempo que pidió a sus partidarios que mantuvieran la calma, algo que finalmente no sucedió.
Durante la protesta, cientos de jóvenes seguidores del Fretilin lanzaron piedras contra vehículos de la ONU y de la Policía, prendieron fuego a edificios no gubernamentales y de organizaciones humanitarias extranjeras, saquearon un mercado y colocaron barricadas en las calles con neumáticos ardiendo.
El director del Hospital de Baucau, Liborio da Costa Alves, informó de que siete jóvenes ingresaron en la unidad de urgencias con heridas, uno de ellos en estado crítico, todas ellas producidas por los policías.
El enviado especial del secretario general de la ONU en Timor Oriental, Atul Khare, quien la víspera había felicitado la designación de Gusmao, condenó la violencia y se reunió con el secretario general del Fretilin, el ex primer ministro Mari Alkatiri, para tratar de restablecer la calma.
Alkatari explicó que «los militantes y seguidores del Fretilin se sienten frustrados porque el ganador de las elecciones no gobernará y en cambio los partidos que perdieron han sido elegidos para formar Gobierno. Así que solo expresan lo que consideran una injusticia».
La ONU, que supervisa la seguridad en Timor Oriental, calificó al país como «tenso» y «volátil», pero asegura que la situación está bajo control.
El año pasado, un grupo de soldados se rebelaron desencadenando enfrentamientos con el Ejército regular que degeneraron en una oleada de violencia callejera con asaltos, incendios y saqueos.
Más de 35 personas murieron y unas 150.000 se vieron obligadas a huir de sus casas antes de que el Gobierno fuera derrocado y se desplegaran fuerzas de mantenimiento de paz extranjeras.