El antiguo cuartel del macho del catillo de Urgull ha quedado convertido en Casa de Historia de la Ciudad en virtud de «Mirando a Donostia», una exposición producida por el Museo San Telmo que ofrece un recorrido en el tiempo, desde que Sancho el Sabio otorgaró el Fuero de Lizarra a la población hasta la Belle Epoque.

El discurso está apoyado en algunos objetos originales extraídos de los propios fondos de San Telmo y, sobre todo, en una poco habitual presencia de soportes multimedia.

La planta baja del cuartel alberga tres de las seis secciones en las que está dividida la muestra, concretamente, las tituladas «Señas de identidad», «A la sombra del monte Urgull» y «Villa mercantil». La superior, el resto: «Calendario festivo», «De ciudadela a ciudad» y «Saber más».

«Señas de identidad», que funciona a modo de introducción, está constituida por una serie de objetos que evocan actividades que han caracterizado a la ciudad -la militar, la comercial, la pesquera...- y adelantan los contenidos de la muestra.

«A la sombra del monte Urgull» está dedicada a la convivencia, no exenta de conflictos, entre lo civil y lo militar. En este apartado destaca el audiovisual «Desde la atalaya», que recorre la historia de la ciudad desde su fundación hasta su destrucción en 1813 por las tropas del duque de Wellington.

«Villa mercantil» hace hincapié en que Donostia siempre ha sido una ciudad volcada al mar, hasta el punto de que en la Edad Media fue el puerto más importante del Cantábrico. La pesca, la navegación, la construcción naval, el Consulado y la Real Compañía de Caracas quedan reflejadas en este apartado, sin que falten referencias a la notable actividad corsaria que acogió Donostia fundamentalmente en el siglo XVII.

La exposición se hace eco del «Calendario festivo» de la ciudad a través de un audiovisual.

En «De ciudadela a ciudad», repasa la evolución urbanística de Donostia desde el incendio provocado en 1813 y la posterior reconstrucción hasta el derribo de las murallas y el desarrollo de los diversos ensanches. Paralela- mente, incide en el carácter liberal de la ciudad, la pugna por la capitalidad y la consolidación del turismo. En este sentido, llama la atención una sala acondocionada con elementos procedentes del Teatro Victoria Eugenia en la que se proyecta «Donostia 1920-30», un audiovisual de 43 minutos constituido por imágenes de la Belle Epoque cedidas por la Filmoteca Vasca.

El apartado final, «Saber más», incluye un juego familiar que permite descubrir los «Secretos de Urgull» y un punto de información con vídeos, textos y fotografías que facilitan a los interesados profundizar en algunos de los temas abordados en la muestra.

Desde la propia exposición se puede acceder a través de unas escaleras a la terraza situada a los pies del monumento al Sagrado Corazón. No es un atractivo menor de la muestra, pues la terraza, que ofrece excelentes vistas panorámicas, suele estar habitualmente cerrada.

Vocación de «embrión»

«Mirando a Donostia» nace con la vocación de ser el embrión de un futuro Museo de Historia de la ciudad. En principio, está previsto que abra sus puertas sólo hasta el 30 de septiembre, pero es probable que también lo haga a partir de otoño, sobre todo ahora que el Museo San Telmo está desmantelado.

La oferta estival de Urgull se completa, como en años anteriores, con una biblioteca infantil, situada en la Batería de las Damas, y Natur Txokoa, en la Batería Alta del Gobernador.

El Ayuntamiento ha vuelto a establecer, asimismo, un servicio de autobús que, desde el Victoria Eugenia, facilita el acceso al monte.