A última hora de la noche, el Ejército iraquí elevó a 175 los muertos en las explosiones simultáneas de cuatro vehículos en las localidades de Al-Khataniyah ey Al-Adnaniyah, en la provincia norteña de Ninive.

Situadas al oeste de Mosul, la mayoría de su población pertenece a la minoría religiosa kurda yazidí. Todas las víctimas y heridos, que ascendían a 200, eran miembros de esta minoría, que, según distintas estimaciones, está formada por unas 500.000 personas que viven, sobre todo, en los alrededores de la ciudad de Mosul. Cuentan con tres diputados en el Parlamento iraquí.

Se trata del peor atentado registrado en Irak desde el pasado 23 de noviembre cuando 215 personas fallecieron por fuego de mortero y en cinco atentados con coche bomba en el barrio bagdadí de Ciudad Sadr. Dhakil Qassim, alcalde de Sinjar, próxima a la región donde se produjeron estos cuatro ataques, responsabilizó a Al Qaeda.

Vehículos de gran tonelaje

Fuentes policiales indicaron que los vehículos iban conducidos por kamikazes y que, al menos, uno de ellos era un camión de gran tonelaje. Podría tratarse de un camión cisterna. El atentado más sangriento tuvo lugar en la localidad de Al Baek, a 120 kilómetros de Mosul.

La segunda explosión se registró en el complejo residencial de Al Yazira, cerca de la ciudad de Sinyar, a 70 kilómetros de Mosul. Fuentes policiales añadieron que otro artefacto estalló junto a una sede del Partido Democrático del Kurdistán.

Los agentes dijeron que debido a la hora y la dificultad para llegar a los lugares donde ocurrieron los atentados, las operaciones de rescate se estaban retrasando.

Además, subrayaron que varios puentes que comunican Mosul con estas localidades fueron volados o dañados en las últimas semanas.

Por otra parte, cinco militares estadounidenses perdieron la vida al estrellarse el helicóptero en el que viajaban cerca de la base militar de Al Taqqadum, en la región de Al Anbar.

Según el comunicado del mando militar, el accidente se debió a un fallo técnico del aparato, un CH-47 Chinook, utilizado para el transporte pesado y labores de rescate, cuando se dirigían a una revisión técnica rutinaria. Por la mañana informaba de la muerte el lunes de tres soldados de la Fuerza Relámpago del Ejército y de que un cuarto perdió la vida durante una operación en el oeste de Bagdad. Estas nueve bajas elevan a 3.700 los militares muertos en Irak.