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«Agua y desarrollo sostenible»

El Gobeirno de Sanz dará un uso nunca previsto al agua de Itoitz

La Exposición Internacional de Zaragoza, que se celebrará entre el 14 de junio y el 14 de setiembre del próximo año, tiene como lema «Agua y desarrollo sostenible». Sin embargo, las obras que se están llevando a cabo en la capital aragonesa se están cobrando ya una alta cuota ecológica. Además, el agua de Itoitz será destinada a «reverdecer» la Expo durante esos dos meses y a abastecer a Zaragoza.

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Iñaki VIGOR

La ciudad de Zaragoza está cambiando su fisonomía de cara a la Exposición Internacional que se celebrará dentro de un año. Este magno acontecimiento conlleva una serie de obras de gran envergadura, algunas de las cuales están generando protestas por parte de diversos colectivos de la capital aragonesa. De hecho, varias asociaciones han acordado crear un frente común para evitar que continúen las obras en el tramo urbano del río Ebro, por considerar que se están llevando a cabo «actuaciones muy graves que no respetan el medio ambiente».

Esta Coordinadora de Afectados por la Expo de Zaragoza está integrada por colectivos sociales, ecologistas y vecinales, que ven incomprensible que se estén realizando actuaciones en el río Ebro contrarias al lema escogido para este evento internacional.

En concreto, este movimiento ciudadano ha mostrado su gran preocupación por el proyecto de navegabilidad del río Ebro o la tala de árboles que se está llevando a cabo en sus riberas, entre otras accione, y ha anunciado que presionará «de la forma más contundente posible» para conseguir que se corrijan unas obras que «echan por tierra el propio lema de la muestra».

«Los organizadores de la Expo tratan al río de forma muy agresiva y nefasta, ya que han emprendido acciones que van en contra del medio ambiente y del lema escogido para la muestra», afirma David Arribas, representante de la Asociación de Vecinos de La Magdalena y uno de los portavoces de la Coordinadora de Afectados.

A su juicio, las afecciones que están provocando estas obras se deben a «las prisas y los plazos tan ajustados con los que trabajan». Por ello, una de sus acciones más inmediatas será elaborar un informe de todas las obras que se están ejecutando en el río, desde el cuarto cinturón hasta el Meandro de Ranillas, y explicar de forma detallada cómo afectan al Ebro y a su entorno. También se han propuesto elaborar un manifiesto que recoja la visión social y científica de estas acciones, documento que será dado a conocer en todo el Estado español.

Una de las mayores preocupaciones de las asociaciones y colectivos agrupadas en este frente es la «masiva» tala de árboles que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) está llevando a cabo en el parque de Macanaz, situado en la margen izquierda del río. Precisamente, para denunciar esta acción ha sido convocada la que esperan que sea la primera gran movilización social, que tendrá lugar en el Puente de Piedra de Zaragoza el día 23 de este mes a las 19.00.

A la Coordinadora de Afectados se han unido asociaciones como Ecologistas en Acción, Ansar, Apudepa, CGT, Colectivo Towanda, «Aragón no se vende», Coagret y Pedalea, además de media docena de colectivos vecinales. A pesar de reconocer que hay «una gran sensación de decepción y de impotencia» por la forma en que se están gestionando las obras de la Expo, han anunciado que van a hacer todo lo posible para que se corrijan las actuaciones en torno al río Ebro y que, incluso, trasladarán sus quejas y reivindicaciones a la Comisión de Peticiones de las Cortes de Aragón.

El principal paraje ecológico

La creación de esta Coordinadora de Afectados ha venido precedida por las primeras acciones de protesta contra las obras. Así, esta misma semana un grupo de ecologistas ha acampado junto al Puente de Piedra para llamar la atención sobre las afecciones que ya se están haciendo evidentes. La acampada duró hasta que fueron desalojados por la Policía española, entre los aplausos de vecinos que habían acudido hasta allí para mostrar su apoyo a los ecologistas.

Daniel Ripa, miembro del colectivo Chobenalla Aragonesista, explicó a GARA algunas de las afecciones ecológicas y sociales que ya están causando las obras. «La Expo se ha presentado como ecológica y en su lema apuesta por el agua y la sostenibilidad. Sin embargo, se ha ubicado en el Meandro de Ranillas, que era el principal paraje ecológico de la ciudad», recuerda.

A su juicio, la navegabilidad del río Ebro durante los dos meses que durará la Expo lleva asociadas acciones paralelas «con un fuerte impacto ambiental» en la flora y fauna, así como en el patrimonio histórico, y cita como ejemplos más notorios el azud del Ebro, el rebaje de la solera del Puente de Piedra -declarado Bien de Interés Cultural- y el dragado del río mediante la extracción de 8.500 metros cúbicos de gravas.

En cuanto a las afecciones sociales, Daniel Ripa apunta al incremento del precio de la vivienda en Zaragoza, la «represión continuada» contra movimientos sociales para hacer una «operación limpieza», un gasto público que «beneficia a constructoras y grandes grupos empresariales», y una importante deuda pública.

El colectivo Chobenalla fue uno de los que se posicionaron en contra de la Expo cuando la Chunta Aragonesista, principal partido nacionalista de izquierdas en esta comunidad, «claudicó y apoyó este evento como pago al pacto con el PSOE en el Ayuntamiento de Zaragoza».

«Connotaciones políticas» del nombre

Un dato significativo, según señala Daniel Ripa, es que el nombre elegido para la mascota de la Expo en votación popular fue «Chisla», que en lengua aragonesa significa «Gota». Sin embargo, la organización lo desestimó tras argumentar que un nombre en aragonés tenía «connotaciones políticas» y optó por bautizar a la mascota con el nombre de «Fluvi».

«Está claro que Itoitz respondía a intereses del Estado»

La Expo de Zaragoza va a requerir una aportación extra de agua para poder cubrir todas las necesidades generadas por este magno evento. En principio, esta aportación se iba a tomar del embalse de Esa, pero las obras de recrecimiento están causando importantes problemas en las laderas y, en el mejor de los casos, no sería posible recurrir a esta fuente antes del año 2009.

La «solución» que han adoptado el Ministerio de Medio Ambiente y la CHE es conducir agua desde Itoitz hasta Zaragoza a tavés del Canal Imperial y el embalse de La Loteta. «Esta decisión viene a reconocer algo que nosotros ya denunciamos desde el origen del proyecto, es decir, que se trata de una obra de hiperregulación en el marco de la cuenca del Ebro y que no son los navarros quienes deciden qué tipo de uso se le da a esta infraestructura, sino el Estado español». Así lo constata José Luis Beaumont, abogado de la Coordinadora de Itoiz, al tiempo que recuerda que «jamás» se había planteado oficialmente la aportación de Itoitz para el abastecimiento de agua de boca para Zaragoza.

A su juicio, esta decisión tiene que ver con el «problema insalvable» generado por el recrecimiento del embalse de Esa. «Los navarros no hemos tenido ningún beneficio con la construcción de Itoitz, y quienes vivimos cerca del embalse lo único que tenemos son terremotos, ruidos y temor a una catástrofe. Está claro -agrega-, que los usos y objetivos de este proyecto no tenían nada que ver con las necesidades de Navarra, sino que había otros intereses mucho más ambiciosos por parte del Estado».

I.V.

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