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Toma de posesión de Miguel Sanz

Barrena denuncia los «regalos» del PSOE a la «derecha extrema»

Miguel Sanz tomó posesión del cargo de presidente del Gobierno de Nafarroa en un acto presidido por la representante del Gobierno español, la ministra de Administraciones Públlicas, Elena Salgado, y con el presidente del PP, Mariano Rajoy, como invitado especial. La izquierda abertzale considera al PSOE como principal responsable de lo que califica de «auténtica desgracia para todos los navarros y navarras».

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GARA | IRUÑEA

La izquierda abertzale responsabiliza al «PSOE-PSN» de que UPN mantenga bajo su control el Gobierno navarro una legislatura más. «La realidad es que el partido de Chivite, Zapatero y Blanco ha dado carta blanca a la derecha más retrógrada de toda Europa para seguir aplicando las políticas que la han definido en las últimas tres legislaturas: planificación económica a medida de las multinacionales, retroceso continuado en el gasto social, privatización de servicios, entrega de las políticas de educación al sector privado...». Así valoró ayer Pernando Barrena las circunstancias en las que Miguel Sanz renovó oficialmensu cargo institucional.

El mahaikide también subrayó que no es sólo la gestión del herrialde lo que queda en manos de UPN: «El acto de hoy (por ayer) deja en evidencia que el PSOE también otorga a Sanz la capacidad de seguir boicoteando desde el ámbito institucional la posibilidad de un proceso de paz que permita la recuperación por parte de los navarros y navarras de nuestro derecho a decidir libremente nuestro futuro. Eso es lo que el PSN también ha regalado a la derecha extrema».

Considera «evidente» que el PSOE «está utilizando a Nafarroa en su confrontación a nivel de Estado con el PP» y que, por ello, «no sólo ha dejado vendidos a sus militantes navarros, sino que además ha vendido Nafarroa a cambio de aliviar la presión del PP hasta las elecciones españolas del 2008».

Recordó Barrena que, incluso, la dirección del PSOE «acaba de admitir que jamás contempló otra posibilidad de gobierno en Navarra que no fuera el de UPN porque `Navarra es tema de Estado'», lo que, según destacó, «da la razón al argumentario de la izquierda abertzale, que en decenas de ocasiones ha venido a decir que no era posible un cambio de gobierno sin un cambio real en el marco, ése que UPN y PSN han venido apuntalando durante los últimos 25 años y que es la garantía de que los navarros no podamos decidir y, en su lugar, lo haga Madrid». Precisamente, señaló que «ése ha sido el gran error de Nafarroa Bai, pensar que era posible el cambio del Gatopardo, cambiar de gobierno para no cambiar nada».

Y aunque ratifica que es el PSOE «quien ha cometido el gran fraude», la izquierda abertzale sostiene también que «esta situación tan lamentable no habría sido posible sin la lastimosa actuación de Nafarroa Bai. En base a no sabemos qué promesa de Zapatero -añadió Barrena-, el partido de Patxi Zabaleta se ha dedicado a vender humo a la sociedad navarra desde hace ya muchos meses en torno a un supuesto cambio que no han sido capaces de ofrecer». Y afirma que «en las negociaciones con el PSN, Nafarroa Bai sólo contempló las históricas reivindicaciones abertzales para rebajarlas hasta límites insospechados: ni cambio de la Ley del Vascuence, ni debate sobre el estatus institucional de Navarra, ni tampoco compromiso alguno con el proceso de paz».

Advertencia de Moncloa

Precisamente, de su estrategia para apuntular el actual marco jurídico habló ayer de forma clara Miguel Sanz. En su discurso de toma de posesión, defendió el Amejoramiento y la Constitución española como ejes de la «ilusionante» etapa que ahora empieza porque, según subrayó,

ambos textos han coexistido y procurado «el mejor período de estabilidad, de progreso y de libertad que se haya registrado nunca en la historia milenaria de Navarra».

Esquema que fue remachado por el presidente del PP, Mariano Rajoy, que acudió como invitado al acto celebrado en Iruñea. Éste expresó su «compromiso» y el de su partido «con Navarra, con el Amejoramiento del Fuero, con la Comunidad, con la Constitución española y con el estatus actual de Navarra».

La ministra española de Administraciones Públicas, Elena Salgado, optó por un discurso de contenido más «técnico» y, en nombre del Gobierno del PSOE, dijo que su «primera obligación» era «ofrecer y reclamar colaboración para resolver los problemas de Navarra y de España».

No obstante, no pasó por alto una de las condiciones «impuestas» por Ferraz para facilitar la investidura del líder de UPN: «Estoy segura de que el Gobierno (español) va a poder contar con la colaboración del presidente Sanz en todos los ámbitos, entre otros en la lucha contra el terrorismo». Es más, en un tono que parecía de advertencia, indicó que «trabajar juntos para acabar con ETA es una exigencia de todos los ciudadanos, también de los navarros, y espero que todos con nuestro esfuerzo sepamos contestar adecuadamente a esa exigencia».

Agradecimiento al PSN

Por otro lado, Miguel Sanz centró su discurso en presentar, aunque fuera de forma abreviada, su programa de gobierno para los próximos cuatro años. «Será éste un Gobierno continuador y a la vez innovador», dijo el presidente, que afirmó que el Ejecutivo UPN-CDN trabajará conjuntamente con «todo el arco parlamentario» y tendrá «la mirada puesta en el futuro, estará abierto al diálogo y a la concertación, y será respetuoso con la pluralidad social, cultural y política que siempre ha caracterizado a nuestra comunidad». Sin embargo, una vez más obvió a esa parte de la sociedad navarra sometida a un apartheid político en el que su partido no sólo colabora sino que impulsa fervientemente.

En este capítulo de «abrir espacios» hacia los grupos que han quedado fuera del Gobierno, Sanz dedicó su especial agradecimiento al partido que dirige Carlos Chivite, al que recordó que el pacto de gobierno entre UPN y CDN «se halla abierto a la colaboración futura con otras fuerzas políticas, y muy especialmente con el Partido Socialista de Navarra».

Por cierto, ese mensaje de «apertura» no llegó a los dos parlamentarios de IUN, que no acudieron a la cita institucional por problemas de agenda.

En la misma línea, Sanz «convocó» a todas las fuerzas del Parlamento para «avanzar en asuntos importantes y de interés general para nuestra comunidad», entre los que citó la culminación del Canal de Navarra, la construcción del Corredor Navarro de Alta Velocidad y «otras infraestructuras estratégicas de interés para España y para Navarra».

En el plano personal, comentó que afronta el inicio de su cuarto mandato consecutivo «con emoción y con un vivo y renovado entusiasmo».

Chivite achaca también a Ibarretxe la decisión de Ferraz

El secretario general del PSN, Carlos Chivite, afirma que uno de los «argumentos» que usó el PSOE para rechazar el acuerdo tripartito es la incertidumbre sobre «qué pasa a partir de setiembre en Euskadi, donde los componentes de NaBai operan por separado». Aludía así a la iniciativa política anunciada por Juan José Ibarretxe.

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Muchos gestos de cariño y nada de distanciamiento con Rajoy

Como era de esperar en un acto protocolario de este tipo, las imágenes que se observaron en la sede del Parlamento de Nafarroa fueron más significativas que los discursos. Para comenzar, la ministra Elena Salgado cumplió con el papel que en otros tiempos se otorgara al virrey de Castilla, ya que oficialmente era la figura institucional de mayor rango, dejando un peldaño más abajo a la presidenta de la Cámara, Elena Torres. Y eso que un gran pendón con el escudo navarro atraía las miradas cuando se entraba a la sala.

Si alguien esperaba «cazar» algún esbozo de un posible «distanciamiento» entre Miguel Sanz y Mariano Rajoy, eso quedó para el imaginario de los dirigentes del PSN-PSOE, porque las cámaras sólo captaron a los líderes, y socios, de UPN y PP, dirigiendo sus sonrisas, y no parecían forzadas, a los objetivos. Con el secretario general del PSN, Carlos Chivite, Sanz llegó a los arrumacos; según definición de la Real Academia Española, «demostración de cariño hecha con gestos o ademanes». Que si abrazos, palmaditas en los carrillos...

Aunque para demostraciones de cariño, las de la familia del reelegido presidente, que se presentó casi al completo, con nieta recién nacida incluida, y posó para los medios cual se tratara de una rama de los Borbones. Vamos, una imagen de «progresismo» y «cambio en las formas» que pondría los pelos de punta incluso a Velázquez, el de «Las Meninas», que pintaba a los retoños de los últimos Austrias allá por el siglo XVII.

Sanz tuvo tiempo para saludar y charlar unos minutos con todos, incluso con Patxi Zabaleta y sus compañeros de Nafarroa Bai. El líder de la coalición también habló con la ministra Salgado pero en este caso, más que los gestos, lo interesante hubiera sido escuchar las palabras que se cruzaron.

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