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«Tenemos la satisfacción de haber hecho lo que nos ha dado la gana»

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Jordi Milán, director y actor de la compañía La cubana

Jordi Milán comenzó hace alrededor de 25 años como aficionado en el mundo del teatro con La Cubana. Con el tiempo, la compañía se fue profesionalizando, pero siempre con el claro propósito de hacer lo que les gusta a sus integrantes. La comedía es el género en el que mejor se mueve el actor y director catalán.

La Cubana actuará en el Teatro Ayala de Bilbo desde hoy hasta el 9 de septiembre. Esta vez deleitarán al público con «Cómeme el coco, negro», emblemática obra que estrenaron en 1989 y que, con algunos cambios, vuelven a representar ahora con motivo del vigesimoquinto aniversario de la compañía.

Llevan ustedes 25 años sobre los escenarios. ¿Cuál es la clave?

No la hay y, si la hay, tampoco la quiero saber, porque, si sabes de antemano de qué va la historia, te puedes convertir en una máquina de hacer churros. En caso de que haya alguna fórmula, en principio, es hacer lo que te da la gana y lo que te gusta. Si eso le gusta al público, fantástico.

¿Por qué han elegido para celebrar este aniversario «Cómeme el coco, negro»?

Primero, celebramos una gran fiesta para nuestra gente, pero teníamos que celebrarlo también con el público, que es el que verdaderamente nos ha mantenido. Para ello teníamos dos opciones: hacer un espectáculo antológico recordando todos nuestros trabajos o hacer una reposición de un espectáculo emblemático. Elegimos la segunda y, más concretamente, «Cómeme el coco, negro» porque es una obra muy loca donde se habla de lo que nos gusta a nosotros, que es el teatro, un teatro muy artesanal. Además, «Cómeme el coco, negro» habla de un género ya extinguido, el mundo de la revista, al que tenemos gran cariño, y queríamos recordarlo y, de paso, rendir un homenaje muy sincero a todas las compañías ambulantes que hay y ha habido. Por otro lado, aunque se estrenó hace ya 19 años, la obra sigue muy vigente.

Es un a obra muy divertida en la que el público participa mucho y seguro que los que vayan se reirán un montón. El espectáculo tiene un secreto que, lógicamente, no voy a desvelar. Como pista, aconsejo a la gente que sea puntual.

¿Cómo ha sido la historia de La Cubana?

Como la de cualquier compañía de aficionados de cualquier lugar. Empezó como un juego y, poco a poco, se fue convirtiendo en una profesión. Hemos hecho tanto televisión como teatro. El resumen de todos estos años es la satisfacción de haber hecho lo que nos ha dado la gana. El tiempo ha pasado sin que nos diésemos cuenta, parece que fue ayer cuando empezamos.

¿Tienen algún nuevo proyecto entre manos?

Sí, nuestro nuevo proyecto es, cómo no, teatro. Lo tenemos pensado desde hace tiempo, pero primero tenemos que terminar esta gira. Nuestras obras son siempre muy diferentes, pero todas hablan de lo mismo: lo cotidiano. Nos fijamos en temas que están a nuestro alrededor y, sobre ellos, hacemos comedia, porque pensamos que la vida es eso, pura comedia. Hay mucha gente que hace teatro en su vida cotidiana. Por ejemplo, en los mercados, si no hacen teatro, no venden; los maestros también hacen teatro para conseguir que los alumnos les hagan caso, y no hablemos de los políticos. Lo que hacemos es fijarnos en esas conversaciones absurdas que surgen a nuestro alrededor.

¿Qué significado tiene Euskal Herria para La Cubana?

Forma parte de nuestra historia. Desde el principio conectamos muy bien con el público de aquí. En Bilbo, por ejemplo, siempre hemos estado alrededor de tres semanas. Esta vez estaremos en el Ayala hasta el 9 de septiembre. Estamos tanto, simplemente, porque se suele llenar el teatro.

Arrate ETXEBARRIA

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