Reclacando que «todavía queda mucho por hacer», el Colectivo de Mujeres de Ipar Euskal Herria, que compareció ayer en Baiona junto a representantes del Colectivo contra las violencias sexistas, considera que la campaña de prevención y las iniciativas puestas en marcha por primera vez en las fiestas de este año «han dado sus frutos».

Al objeto de seguir mejorando dichas iniciativas «con la participación de todos los agentes sociales concernidos», el Colectivo está preparando una propuesta de Conferencia-Coloquio para 2008 sobre «la fiesta, sus ritos y sus riesgos», que será presentada al alcalde, Jean Grenet, en una reunión que mantendrán con él en octubre.

Además de los agentes locales, creen que sería conveniente que representantes de otras ciudades que celebran grandes eventos festivos -como Iruñea, Nimes o Dunkerque- participasen también en dicho coloquio.

Maider Etxoan, Jacqueline Idiart y Martine Bisauta, en representación de los colectivos citados, reconocieron que la minicipalidad ha hecho en estas fiestas «un esfuerzo considerable que es necesario continuar» y, en su opinión, extender también a otras grandes manifestaciones festivas que tienen lugar durante el año.

Mayor implicación

También subrayaron la implicación de restauradores, hosteleros y ciudadanía en general, y anotaron que en estas fiestas ha habido un comportamiento más intervencionista por parte de la gente para evitar agresiones tanto a personas como a material urbano o instalaciones.

Las portavoces de los colectivos feministas discreparon, sin embargo, del balance efectuado por el subprefecto, que calificó de «globalmente excelentes» las fiestas. Para ellas, no puede hablarse en esos términos cuando ha habido dos defunciones -aunque hayan ocurrido en circunstancias especiales-, dos denuncias de violación y otras tres de otras agresiones sexistas.

También criticaron las dudas manifestadas por el fiscal respecto a la veracidad de algunas de las agresiones, considerando que son aspectos que deberían quedar en la discreción de la investigación y no ser aireados «porque, de hecho, ya es de por sí difícil dar el paso de denunciar esas agresiones, y este tipo de discurso no ayuda en nada».

Extendieron la crítica a las alusiones al estado etílico de algunas víctimas ya que «no hacen más que fomentar el sentimiento de culpabilidad en las mismas, mientras que en el caso de los agresores es aceptado como un atenuante».