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La retirada de escombros eleva a 500 los muertos en los ataques del martes

El número de víctimas mortales en los atentados del martes en Irak ha ido en aumento conforme los equipos de rescate iban retirando los escombros. Según fuentes oficiales, unas 500 personas perdieron la vida en las explosiones que destrozaron vecindarios enteros, atrapando a sus ocupantes. Además, casi 300 familias se han quedado sin hogar. Los principales líderes iraquíes, por su parte, anunciaron una nueva alianza entre chiíes y kurdos.

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GARA | BAGDAD

Las autoridades locales elevaron ayer hasta 500 el número de víctimas mortales en los cuatro atentados que de manera simultánea asolaron las localidades de Qataniyah y Adnaniyah, al oeste de Mosul. Mientras que el ministro iraquí de Salud, Zayan Othman, informó de que se habían recuperado 250 cuerpos, el director del hospital Sinjar, un capitán del Ejército y el responsable local de Seguridad hablaron de más del doble de muertos. Todavía ayer continuaban los trabajos de rescate.

«Fue horrible. Todo estaba destrozado; casas, edificios, tiendas. Había un gran número de personas sangrando y trozos de carne humana por todos los sitios», relató Jalal Mohammed, capitán del Ejército iraquí, en declaraciones a Al Jazzeera.

El general Abdul Karim Khalaf señaló que en los atentados se utilizaron dos toneladas de explosivos que provocaron el derrumbe de edificios atrapando a familias enteras bajo ladrillos de barro y otros restos. Numerosos vecindarios de Qataniyah, cerca de la frontera con Siria, quedaron totalmente aplastados. A medida en que se han ido retirando los escombros, cientos de nuevos cadáveres han ido apareciendo, doblando la cifra inicial de 250 muertos.

Cientos de familias sin hogar

Abdul Rahman al Shimri, funcionario local, subrayó que cerca de 300 familias se han quedado sin hogar. Los equipos de rescate se afanaban por distribuir a los damnificados tiendas de campaña, paquetes de alimento, agua potable y medicinas. El viceprimer ministro kurdo, Barham Saleh, se desplazó a la zona y ordenó a sus ministros de Salud y Defensa enviar de forma urgente los citados materiales. También comprometió una partida de unos 800.000 dólares para que las autoridades provinciales los repartan entre los heridos y familiares de las víctimas. Se trata, por tanto, del atentado más mortífero desde la invasión del país en 2003.

Hace una semana, el «Estado Islámico en Irak» distribuyó panfletos en los que alertaba a los habitantes de la zona sobre un inminente atentado y acusaba a los yazadíes de ser «antiislámicos». Esta minoría religiosa recibió numerosas críticas después de que, en abril, algunos de sus miembros apedrearan hasta la muerte a una adolescente porque se había convertido al Islam y huido de su familia. El portavoz del Ejército estadounidense, el general de brigada Kevin Bergner, volvió a responsabilizar a Al Qaeda.

Sin recuperarse todavía de los cuatro atentados kamikazes, Irak vivió ayer otra sangrienta jornada. Nueve personas murieron y otras diecisiete resultaron heridas en un atentado con coche bomba ocurrido a las 9.00 (hora local) en Bagdad. El vehículo estaba aparcado junto a un edificio de siete plantas que, en su interior, albergaba numerosas tiendas de ropa y zapatos.

Cien muertos a diario

De acuerdo a los cálculos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, un centenar de personas mueren a diario en Irak a causa de la violencia. Además, según la Organización Mundial de la Salud, siete de cada diez heridos fallecen en los hospitales. La Misión de Asistencia de la ONU, por su parte, informó de que, tan sólo en estos ocho meses 12.371 personas han perdido la vida.

Mientras tanto, el presidente iraquí, Yalal Talabani, y el primer ministro, Nuri al Maliki, anunciaron una nueva alianza de chiíes y kurdos para la formación de un nuevo Gobierno, que no incluye a los suníes.

En una rueda de prensa realizada en Bagdad junto a Masud Barazani, presidente de Kurdistán Sur, y el vicepresidente Adel Abdel Mahdi, Al Maiki y Talabani bautizaron a este nuevo grupo como el «Frente Moderado».

Estará formado por la Unión Patriótica de Kurdistán, de Talabani, el Partido Democrático del Kurdistán, de Barzani, la Alianza Unida Iraquí, de Abdelaziz al Hakim, y al Dawa, de al Maliki. Entre los cuatro suman un total de 181 escaños.

Los grandes excluidos son el suní Frente del Consenso Iraquí y el grupo del clérigo chií Muqtada Sadr, que recientemente retiraron a los ministros que mantenían en el Ejecutivo.

En una breves declaraciones, Talabani dijo que «este frente permanece abierto para cualquier grupo político que quiera unirse. Su objetivo es cimentar la unidad entre todos los grupos y alcanzar la reunificación».

En este sentido, Al Maliki incidió en que «no es un acuerdo final. La puerta todavía está abierta para todos aquellos que estén de acuerdo con nosotros sobre la necesidad de dar un impulso hacia adelante al proceso político». El anuncio de esta nueva alianza se produce pocos días después de intensas negociaciones en la capital iraquí.

«La violencia llega a su fin»

En este contexto de destrucción y muerte provocado por la invasión estadounidense, el general David Petraeus, jefe de las fuerzas de EEUU, propondrá el próximo mes un repliegue de sus unidades en aquellas zonas de Irak en las que, a su juicio, «ha mejorado la seguridad».

Petraeus agregó casi 35.000 soldados a los 130.000 ya desplegados en el país. En setiembre debe presentar al Congreso y la Casa Blanca un informe sobre los resultados de la nueva estrategia de la Administración Bush. Pese a la ola de atentados, dijo que «el repentino aumento de la violencia ha llegado a su fin, no hay ninguna duda de eso. Todo el mundo comprende que de aquí a un año o menos tenemos que ser un poco más reducidos de lo que somos ahora».

«La cuestión es cómo hacerlo a fin de retener las ganancias por las que hemos luchado tan intensamente», señaló. Llegó a decir que «todo depende de la población local, si está al lado del nuevo Irak o de milicianos o, incluso, de Al Qaeda».

En el marco de la conmemoración del cuarto aniversario del atentado que destruyó la sede de Naciones Unidas en Bagdad, sus empleados protestarán hoy por el aumento de la presencia de la organización en Irak. El vicepresidente primero del Sindicato de Empleados de la ONU, Emad Hassanin, explicó que el acto reivindicativo forma parte de una campaña de oposición al envío de más personal al país árabe. «No creemos que se haya tomado en serio el tema de la seguridad y queremos que se tome nota de nuestra preocupación para que, si sucede algo, no puedan decir que no avisamos», subrayó Hassanin.

La protesta consistirá en la lectura de una declaración tras el homenaje a los 23 muertos en el ataque del 19 de agosto de 2003. El pasado día 10, el Consejo de Seguridad aprobó, a instancias de EEUU y Gran Bretaña, una resolución que multiplica las responsabilidades de la ONU en Irak.

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