Las casas, que fueron construidas entre los años 1891 y 1913, fueron derribadas el pasado lunes, a toda prisa y en pleno mes de agosto, probablemente para evitar las incomodas protestas de los vecinos de Lutxana. ANV-EAE de Barakaldo ya ha mostrado su indignación ante el «precipitado» derribo y denuncia algunos pasajes y complicidades de todo el proceso.

Los edificios han sido demolidas, entre otras cosas, antes de que los tribunales resuelvan un contencioso planteado por los vecinos del barrio de Lutxana contra esta operación. Los demandantes querían que estas casas tuvieran un fin social, que sirvieran para acoger diferentes actividades. Junto a ello, con el derribo desaparecen edificaciones con un gran valor histórico y cultural, centenarias o a punto de llegar al siglo de vida. Según Txiki Castaños, representante de ANV de Barakaldo, «han destruido no sólo un patrimonio de todo el pueblo de Barakaldo, sino del pueblo vasco en su conjunto, pues se trataba de edificios pertenecientes a la primera ciudad-jardín de Euskal Herria».

Vecinos de Lutxana no dudan de calificar lo sucedido como «acto terrorista cultural». La demolición se ha llevado a cabo para construir alrededor de 800 nuevas viviendas, por lo que temen que en el fondo del asunto haya intereses especulativos por parte del PSOE, con el apoyo del PP.

La ejecución del derribo se ha producido en pleno agosto, intentando pillar a los vecinos por sorpresa. En opinión de los representantes de la izquierda abertzale en este pueblo, «esto es un atropello premeditado, alevoso, cometido para evitar la reacción popular y con sospechosas prisas».

Durante catorce años, estas viviendas han sido de propiedad municipal. Aseguran que en realidad los responsables han dejado que los edificios se vaya deteriorando para así poder especular con un derecho como es el de la vivienda.

La izquierda abertzale de Barakaldo piensa que «han engañado al pueblo de Barakaldo y, especialmente, al barrio de Lutxana. Han destrozado este patrimonio, pero también han destrozado las ilusiones de todos los colectivos de este barrio. Antes se decía que Altos Hornos de Vizcaya (AHV) mandaba en Barakaldo; ahora podemos afirmar que los especuladores dirigen la política urbanística del Ayuntamiento».

La primera «ciudad-jardín» vasca

Estos chalés fueron construidos para ser las viviendas de los burgueses de la época. Con la llegada de la empresa Orconera Iron Ore arribaron también algunas costumbres británicas, como sus tipos de urbanizaciones. Así, constituyeron la primera ciudad-jardín de Euskal Herria. La urbanización se comenzó a construir en 1891 y las obras finalizaron en 1913. También se encontraban en La Orconera el primer antecedente de las comúnmente llamadas «casas baratas», que albergaban a algunos de los trabajadores. El veterano militante sindical y abertzale Periko Solabarria afirma que «la urbanización, a parte de tener valor histórico, también tiene un gran valor social. Allí vivían los explotadores y queríamos recordar ese dato, no queríamos que eso se olvidara». Por lo tanto, entienden que no sólo se ha derribado cemento, sino también un recuerdo vivo de la época de la industrialización en Bizkaia.

La mayoría de los vecinos del barrio suponía que el ayuntamiento esperaría a la resolución del juez. Ponen en entredicho la legalidad de esta intervención tan precipitada. El PSOE de Barakaldo no ha tenido en cuenta a todo el tejido asociativo de Lutxana que reclamaba que en tanto no se resolviera el recurso contencioso administrativo no se derribaran los chalés. Ahora solo falta esperar la sentencia. Pero, dicte lo que dicte, los chalés de La Orconera ya no estarán en pie.