Miguel Sanz no encuentra un solo apoyo público dentro del PP para su propuesta de que se permita a UPN conformar grupo parlamentario propio en las Cortes españolas. La formulación de su demanda -a través de una entrevista de prensa- no sólo ha incomodado a la dirección del PP, sino que ha disparado las tensiones previas entre Sanz y el diputado en Madrid Jaime Ignacio del Burgo.

En su visita a Iruñea el jueves, donde acudió a la toma de posesión de Sanz, Rajoy no evitó su contrariedad por la propuesta. Indicó que hablarían de ello en privado, y luego señaló tajantemente a los periodistas que no aceptaría más preguntas al respecto. Ayer se le volvió a interpelar al respecto en una rueda de prensa en Pontevedra, y respondió escuetamente que «no tengo nada que añadir a lo que dije en su momento».

Los portavoces oficiales del partido en este mes de agosto (Miguel Arias Cañete y Ana Pastor) han tratado también de poner sordina a la propuesta de Sanz, pero otras voces referenciales dentro del partido se han mostrado abiertamente en contra. Es el caso de Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid, o de Carmelo Barrio, secretario general del PP en la CAV.

Barrio: «Parte del guión»

Entrevistado ayer en Radio Euskadi, Barrio recordó que desde la formación que dirige nunca se ha planteado una iniciativa de este tipo y abogó por mantener la unidad del PP para dar más fortaleza a sus grupos en las Cortes españolas. Además, argumentó que el pacto entre PP y UPN, fusionados en Nafarroa desde 1991, «está bien engrasado y siempre ha funcionado bien».

En cualquier caso, Barrio dejó caer que la demanda de Sanz no debe ser tomada más que como un gesto de UPN hacia el PSN después de que éste le cediera el Gobierno navarro y le reclamara a cambio que marque distancias respecto al PP. «Determinados posicionamientos son exigencias del guión de la coyuntura política», opinó Barrio.

Uno de los «notables» del partido, Alberto Ruiz Gallardón, ha considerado que «no es políticamente conveniente» que el PP rompa la actual unidad del grupo, y alerta además de que la demanda resulta técnicamente «altamente improbable, por no decir imposible». En esta legislatura ya no puede materializarse. Y si UPN mantiene su actual resultado (dos diputados) en la cita de 2008, el PP tendría que cederle tres electos.

Pero el más crítico con la iniciativa de Sanz ha sido curiosamente otro dirigente de UPN, Jaime Ignacio del Burgo. El veterano dirigente derechista, que ha anunciado su próxima retirada, sostenía ayer en ``El Mundo'' que «mucha gente dejará de votar a UPN si se desmarca del PP». Del Burgo parece haber interpretado como una desautorización a su labor la afirmación de Sanz sobre la referencialidad alcanzada por Uxue Barkos (NaBai) en el Congreso. El diputado navarro recuerda que son los electos de UPN los que intervienen en temas referidos a Nafarroa, pero en la memoria de todos queda el «patinazo» del propio Del Burgo al llegar tarde hace unos meses a un punto que debía defender contra la implicación de Nafarroa en un proceso de resolución.

Del Burgo hace ver al presidente de UPN, en la misma entrevista, que la formación de un grupo propio obligaría a modificar el pacto de 1991. Y recuerda como advertencia que hasta esa fecha la derecha navarra estaba muy dividida: «Entre otras cosas, con aquello dejamos de pelearnos entre nosotros».