La Reserva Federal y el BCE apoyan sólo a los especuladores financieros
La crisis mundial hipotecaria no se ha cerrado. La Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo han intervenido para equilibrar el mercado financiero en el que las compañías están logrando en esta última década los mayores beneficios económicos de la historia. Por el contrario, la economía doméstica no cuenta con ese apoyo tan decidido, sino que ve que el precio del dinero crece y que las viviendas no reducen los astronómicos precios.
Juanjo BASTERRA |
En la crisis mundial debido a la «burbuja inmobiliaria» se encuentran la cara y la cruz de la misma moneda: los mercados financieros frenan la caída por la intervención de los bancos centrales y, por el contrario, las economías domésticas continúan el proceso de endeudamiento por la continua alza de los tipos de interés. Como siempre, se presta auxilio a las compañías y a las sociedades mercantiles que alardean mes a mes de obtener los mayores beneficios económicos y de especular en la Bolsa.
El beneficio económico de las compañías que cotizan en el Ibex aumentó un 32,1% en el primer semestre de este año y las cajas de ahorro y los bancos, según la CNMV, en 2006 aumentaron sus beneficios un 33,4% ,y en los primeros meses de éste, superan ya el 44,24%. Las inmobiliarias lograron unos resultados antes de impuestos en 2006 un 93,13% superiores y en los primeros meses de 2007 la mejora se consolida con un 117,85% superior a los de 2006. El sector de la Construcción, por otro lado, incrementó su beneficio en un 92,46% en 2006, según la CNMV, y en éste se encuentra en niveles del 35,78%.
Cuotas hipotecarias
Quienes han contratado un crédito hipotecario en los últimos años están comprobando no sólo que el precio de la vivienda que han adquirido es muy elevado, sino que las cuotas a pagar por el préstamo hipotecario se han duplicado en poco más de un año y medio, según el INE.
Este proceso parece que no tiene fin, porque el Euribor sigue su marcha ascendente. En la primera mitad de agosto ha cerrado a un 4,645%, más de un punto de diferencia con respecto a junio. La Asociación Hipotecaria (AHE) adelanta que los préstamos hipotecarios se encarecerán entre 1.000 y 1.250 euros al año a tenor del precio del dinero en estos momentos.
Según el Banco de España, los préstamos a los hogares e instituciones sin fines de lucro alcanzaron los 819.333 millones de euros hasta mayo del ejercicio actual. De esa cantidad, 603,339 millones correspondían a adquisición de vivienda con garantía hipotecaria, lo que supone un incremento del 356,13% por encima de los concedidos durante el año 1999. Ante esta situación, el instituto emisor precisa que «la tasa es elevada» y reconoce que el endeudamiento y la carga financiera de las familias debido a los créditos hipotecarios se han situado en el primer trimestre en 125% y 16% de la renta bruta de los hogares, respectivamente, a la vez que se ha elevado la morosidad. Una situación que es negativa, porque como recoge el «Informe de Estabilidad Finan- ciera», de mayo, «la financiación a la adquisición de vivienda es la que presenta un mayor aumento interanual de la morosidad (34,15%)».
Cálculo de la burbuja
Sin embargo, un estudio elaborado para el Gobierno de Lakua por Ricardo Vergés, catedrático de Economía Inmobiliaria, que vio la luz a finales del año pasado alertaba ya sobre la burbuja inmobiliaria, al constatar que la deuda hipotecaria de las familias alcanza el 269%, «si se incluyeran los intereses a pagar», frente al 39% en Estados Unidos y el 58% en el Estado francés. La magnitud del problema se puede ver en el cálculo del coste financiero de la burbuja, en, según Ricardo Vergés, «el dinero de unos diez millones de familias con hipotecas que se firmarán hasta 2012, deberán devolver la friolera de 3,25 billones de euros. Las entidades financieras a penas han recuperado 260.000 millones. De momento, sólo hemos financiado la subida de la burbuja y ahora es razonable pensar que habrá que financiar la bajada», afirma.
Lo que está pasando con la economía doméstica está quedando en un segundo plano. El temblor financiero mundial ha empujado a la Reserva Federal de Estados Unidos, presidida por Ben Bernanke, y al Banco Central Europeo, liderado por Jean-Claude Trichet, entre otros bancos, a salir en defensa de los más poderosos, lo que demuestra la grave crisis existente, ya que les han reducido la tasa con la que prestan el dinero a las entidades financieras y, sin embargo, no han intervenido a la baja en los tipos de interés que afectan precisamente a las economías domésticas. Sólo el Banco de Inglaterra no aceptó dar pasos similares a Bernanke y Trichet.
La crisis se esperaba
Esta situación ya se esperaba. En su marcha como presidente de BBK, José Ignacio Berroeta alertó hace cuatro años del problema que se avecinaba con el incremento de los préstamos hipotecarios a un bajo interés, porque, a su juicio, llegaría el día en el que comenzarían a fallar, lo que tendría como consecuencia el colapso del sistema financiero para las economías domésticas.
El origen del problema está en que el precio de las viviendas se ha elevado sin control y en que los tipos de interés que se encontraban en mínimos históricos permitían operaciones arriesgadas. El negocio fue, y sigue siendo todavía, redondo: las entidades financieras logran más clientes y las inmobiliarias y el sector de la Construcción concentra una fuerte demanda de pisos a precio de oro. Sin embargo, y tal como dice el dicho, todo lo que sube baja, y viceversa. La incógnita siempre se encuentra en saber el modo, el lugar y el tiempo en que ocurrirá.
Ese proceso, a juicio de las entidades oficiales, está ocurriendo de una manera tranquila y escondida, pero muchos de quienes contrataron una hipoteca hace unos pocos años están viendo que su coste se ha duplicado en el último año y medio, como muestran los datos estadísticos del INE.
El origen de la crisis se encuentra en las hipotecas subprime de Estados Unidos; son créditos de alto riesgo, porque el que los recibe no garantiza su devolución y quienes los otorgan logran una mayor rentabilidad. Al final, el encarecimiento del precio del dinero generó que muchas de esas hipotecas no puedan ser devueltas a las financieras.
El negocio de las hipotecas de alto riesgo («subprime») en Estados Unidos en los últimos cinco años «fue elevado e inmenso», según los analistas. En cinco años, entre 2001 y 2006, ese tipo de préstamos representó el 13,4% del total de los hipotecarios, cinco veces más que en el año 2000. Entidades financieras, inmobiliarias y constructoras aprovecharon ese momento para engordar sus beneficios a cuenta de esas hipotecas de alto riesgo. Algunos analistas reconocen en la actualidad, tras la fuerte crisis desatada en el mercado financiero, que, aunque se sabía que llegaría «el bajón», nadie fue capaz de predecir con exactitud el momento. Sin embargo, las alarmas estaban ya activadas puesto que el tipo de interés del dinero estaba aumentando, pero nadie quiso verlas, sino que fue más fácil elevar las ganancias económicas. El aumento continuado de los tipos de interés provocó la asfixia entre los clientes de escasas hipotecas y dejaron de pagar. Varias financieras han quebrado y han arrastrado a otros bancos, que respaldaban operaciones de este tipo.
El Banco de Pagos Internacional, sin embargo, afirma que la «banca española es la más expuesta a la crisis». Aunque el Banco de España, afirma que la situación en el Estado español es más segura en este riesgo, porque para conceder créditos se exigen garantías de devolución. El endeudamiento es elevado. También es alto entre las empresas constructoras e inmobiliarias, que han multiplicado por ocho la deuda que tenían en 2001, de 14.430 millones a 111.000 millones, aunque se eleva a 266.198 millones, casi el doble que en 2001, el endeudamiento de las empresas cotizadas en bolsa.