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«Navarra no puede ser la pagana de la debilidad de Zapatero»

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iON ERRO
COORDINADOR DE IU en Nafarroa

El malestar con la decisión del PSOE en Nafarroa alcanza su mayor grado en las filas de IUN. Ion Erro habla de «indignación» por el «engaño» de un Zapatero al que ve absolutamente débil ante el PP y de un PSN que les prometió en la mesa de negociación que «habría dificultades, pero les iba a hacer frente». Y está convencido de que ambos partidos han amarrado toda la legislatura.

 

Ramón SOLA |

Ion Erro apunta que no hay escenificación alguna en el enfado evidenciado por IUN, sino que «es que estamos realmente indignados». Para justificarlo, el coordinador general y portavoz parlamentario de esta formación en Nafarroa se remonta a los entresijos de la mesa de negociación del frustrado gobierno alternativo, en la que resalta que no sólo se alcanzó acuerdo programático «en cinco días» una vez que los tres interlocutores se sentaron juntos, sino que el PSN les prometió que lograría superar las reticencias de Ferraz. Pero allí estaban pasando otras cosas que no sólo no se han explicado, sino que «se nos han ocultado». Estas son las conclusiones que extrae de todo el proceso concluido con la reelección de Miguel Sanz.

El de Izquierda Unida fue el discurso más duro del debate parlamentario de investidura. Acusó al PSN de «interés mezquino y partidario», de engañar, de faltar al respeto a la ciudadanía... Se les ve francamente decepcionados.

Simplemente compartimos la decepción y la indignación que hay en una importantísima capa de la sociedad navarra, que se movilizó por el cambio el 27 de mayo y que consiguió que estas tres fuerzas progresistas (PSN, NaBai e IUN) representaran ese cambio. Cuando eso se va materializando, se llega a un acuerdo en el orden programático y, aunque de una manera un tanto tortuosa, se llega también a un acuerdo de gobierno, aparecen razones de partido que vulneran la voluntad mayoritaria de la sociedad navarra. Eso genera frustración, decepción, humillación e indignación, y nosotros nos queremos hacer eco de eso que está en la calle. La gente te lo traslada: hay una sensación de engaño político por este esperpento al que nos han llevado el PSN y el PSOE.

¿Cómo se han visto los vaivenes del PSOE desde dentro del proceso de negociación? ¿Ustedes siempre tuvieron claro que habría gobierno alternativo, o desde el PSN se les avisó de que sería muy difícil?

Es cierto que ha habido momentos muy complicados. Al inicio, el PSN decide abrir negociaciones en los dos frentes, tanto con UPN como con nosotros. Desde IUN se le exige que clarifique la idea. Cuando ya se apuesta por el Gobierno de cambio desde el PSOE, se entra en la negociación programática, y también es dificultosa porque, frente a la petición de IUN, deciden hacer esa negociación de forma bilateral, por un lado con NaBai y por otro con nosotros. Cuando por fin nos sentamos los tres juntos, en cinco días logramos articular la base programática, que se cierra el 5 de julio. Y es entonces cuando aparece una cosa de esquizofrenia política, muy ramplona: el PSN nos traslada que quiere nombrar a nueve miembros del Gobierno frente a los dos que permitía a NaBai y uno a IUN. Esto es rechazado, evidentemente, porque no se corresponde con la proporcionalidad de cada formación. Se nos comunica, en cualquier caso, que esa propuesta es flexible, que habrá una contrapropuesta y que hay margen para el acuerdo. Pero luego llega el 16 de julio y el PSN nos traslada que Madrid no les deja. Ahí se rompe y quedamos a la espera de que empiecen a negociar con UPN.

Pero todavía hay más giros posteriormente...

Lo que nos sorprende entonces es que esa negociación PSN-UPN no se produce en muchos días, así que IUN toma la decisión de volver a intentar retomar las negociaciones. Se lleva a cabo y alcanzamos el acuerdo de gobierno en torno a las bases programáticas ya pactadas. Y en ese momento es cuando se nos asegura que no va a haber dificultades; o, mejor dicho, que va a haberlas pero que el PSN iba a hacer frente a las mismas e iba a liderar el cambio. Lo que no se nos ha explicado es por qué se contradice esa decisión y el grupo parlamentario y la Comisión Ejecutiva del PSN acaban acatando, por unanimidad, la orden venida de Madrid por intereses ocultos que nadie en- tiende. Unos intereses que, por otra parte, han sido negociados y pactados con UPN desde Ferraz. Miguel Sanz es presidente de Navarra no porque Navarra lo haya querido, sino porque se ha querido desde Madrid. La actuación del PSN es incalificable.

Pero, ¿encuentran un porqué para todo esto? ¿La decisión del PSOE tiene que ver con sus temores electorales o con algo más de fondo? La secretaria de Política Autonómica del PSOE ha admitido que Navarra es «tema de Estado».

Yo creo que hay elementos ocultos que algún día conoceremos. Por eso le reclamamos a Miguel Sanz que desvelará qué es lo que se ha negociado en la calle Ferraz, con quién, con qué contenidos. Partimos de la idea de que este acuerdo no es algo coyuntural que pueda ser modificado, sino que es un acuerdo férreo, un acuerdo de legislatura con contenidos que han sido ocultados a la sociedad y al propio Parlamento.

Pero, ¿aprecia también IU que Nafarroa es tema de Estado? Zapatero y Rajoy incidieron en ello. ¿Y qué hay que hacer para que deje de serlo?

Pero, ¿por qué Navarra es tema de Estado y no lo son Baleares, Catalunya o Galicia? ¿Acaso es el PP quien decide qué es tema de Estado y qué no? ¿El PSOE tiene tanta situación de debilidad que cede a todas las condiciones que le pone el PP? Todo esto tiene que ver con la debilidad de Zapatero en su gestión en el conjunto del Estado. Pero Navarra no puede ser la pagana de esa debilidad. La sociedad navarra, que había apostado por el cambio, va a tener que tragarse un gobierno de derechas nuevamente por una falta de valentía política y de capacidad de liderazgo del PSOE. La izquierda navarra está huérfana ahora. IUN apuesta por la refundación de una izquierda navarra federal, alternativa, comprometida, que haga política desde Navarra y para Navarra. Hacemos un llamamiento para ello a todas las personas que no se consideren nacionalistas, con un objetivo claro: UPN debe pasar a la oposición.

¿Esto incluye nuevas alianzas políticas? En este proceso IUN ha mostrado una buena sintonía con NaBai...

He hecho una referencia explícita a la izquierda no nacionalista, a la izquierda de la convivencia y en la que primen los valo- res sociales sobre los valores de la construcción nacional. Esa es la izquierda que está desorientada y huérfana tras la actuación del PSOE.

Y, al hilo de ello, ¿no le preocupa a IUN que sindicatos como UGT y CCOO no hayan impulsado un gobierno alternativo al de UPN-CDN, sino más bien al contrario?

La labor del sindicalismo de clase debe ser evidentemente frenar las políticas neoliberales, de derechas, de recorte de prestaciones sociales, de regresividad fiscal... Todos los sindicatos de clase se sentirían mucho más cómodos con un gobierno de izquierdas que con un gobierno de derechas.

¿Cómo contempla ahora IU a José Luis Rodríguez Zapatero, que llegó al Gobierno con muchas expectativas también para su formación? ¿Va a cambiar la relación con él tras lo ocurrido en Navarra?

En este proceso hemos tenido una relación permanente con la dirección federal de Gaspar Llamazares, y ya pusimos de relieve que la decisión que ha tomado sobre Navarra va más allá de las fronteras de la comunidad foral y va a hacer mella en las relaciones con IU. Pese al mensaje de «no nos falles» y de conseguir políticas de izquierda en este país, el ejercicio del poder le ha ido llevando a Zapatero a posiciones mucho más centradas y a estar trabajándose alianzas en partidos más de corte de centro y de derechas que a impulsar una política de izquierdas. Va a tener consecuencias, y se van a ver.

A partir de ahora, ¿tiene alguna expectativa IUN de que efectivamente el PSN haga una mínima oposición a Sanz? Este ya le ha avisado de que si no aprueba los presupuestos disolverá el Parlamento y adelantará las elecciones...

Esas amenazas son las escenificación casi cómica de lo que ha sido un acuerdo. Es evidente que ese acuerdo está decidido y está firmado, y es evidente que Sanz no contempla un escenario de inestabilidad. IUN ya le pedía en el debate de investidura que convocara elecciones, y no quiere, porque sabe evidentemente que entonces la composición del Parlamento sería absolutamente distinta tras lo que ha sido la práctica tanto de UPN como del PSN.

 
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