Victoria ante una Fiorentina que acabó con nueve jugadores
El Athletic golea, pero no encuentra su estilo de siempre
En un partido muy trabado, y donde los italianos vieron dos rojas antes del descanso, los rojiblancos se impusieron por 3 a 0 sin practicar un buen juego.
Beñat ZARRABEITIA | BILBO
La casta es algo que se demuestra jugando con agresividad y competitividad bien conducida, no prácticado el barriobajerismo futbolístico. Es algo sobre lo que deberían recapacitar tanto Caparrós como algunos jugadores. Ya que cuando se repiten las broncas y uno siempre está involucrado en ellas, quizás tenga que reflexionar sobre lo que hace. Si bien es cierto que la actitud de la Fiore ayer dejó mucho que desear.
Todo ello a pesar de que el partido arrancó de una manera ilusionante para el Athletic. De hecho, los rojiblancos iniciaron el choque como un ciclón y Llorente pudo marcar dos veces en apenas un minuto. Pero al delantero riojano le faltó acierto.
Sólo fue un espejismo. El balón paso a ser de los italianos y el juego fue trabándose cada vez más. Así, comenzaron a las tarjetas y las tanganas. Entre una falta y otra, alguien debería recordar a Aitor Ocio que esto no es Sevilla y que el estilo del Athletic es otro. Asimismo, agresiones como la de Pazzini a Amorebieta tienen nulo sentido, más en pretemporada.
El choque era cada vez más tosco, pero en el minuto 38 el Athletic encontró una vía de escape para adelantarse. Lo hizo tras un absurdo y reiterativo agarrón de Dainelli a Aduriz junto a la línea de cal. El donostiarra aprovechó el regalo para marcar de penalti.
Tras el gol, los italianos perdieron la cabeza, más aún, y en apenas cinco minutos dos jugadores viola fueron expulsados. El primero en coger rumbo a los vestuarios fue Potenza. El ex del Mallorca vio la roja tras dar una patada sin balón a Koikili. Más estúpida aún fue la expulsión de Mutu. El rumano ya había sido amonestado por no dejar sacar a Gorka y vio la segunda amarilla por acción idéntica.
En la segunda mitad, el partido no tuvo apenas historia. El Athletic jugó contra nueve y dominó a placer. Caparrós tuvo tiempo para realizar pruebas. Unos ensayos en los que no intervino Ustaritz. A pesar de que el de Matiena ya está recuperado de sus problemas, ayer no fue ni convocado.
Por el contrario, quien si destacó fue Koikili Lertxundi. De las botas del de Otxandio, que guarda cierto parecido con Lizarazu, nació el segundo gol. Tras su centro, Etxebe puso el balón en la cabeza de un Llorente que, ésta vez sí, remató a placer.
A partir de ahí más cambios y pruebas. La más destacada, ver a Javi Martínez de central. En cuanto a los goles, Vélez y Muñoz pudieron ampliar la cuenta. Quien si lo hizo fue Gabilondo con un magnífico testarazo.
Por tanto, pocas conclusiones claras se pueden sacar de cara al partido ante Osasuna. La más evidente en cuanto a la alineación, ya que los titulares de ayer forman gran parte del grueso que formará ante los rojillos.
Respecto al juego, las dudas vuelven a cernirse sobre los rojiblancos. Ya que éste parece ser sustituido por una guerra de guerrillas constante de donde se busca ganar pequeñas batallas. Para el optimismo, que a una semana del inicio liguero al Athletic se le ven hechuras de equipo rocoso. Una señal, cuando menos, esperanzadora.