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Maite Soroa

El clero vasco en el punto de mira

 

A los de la fachenda que aplaudieron el levantamiento de Franco les ha quedado un poso extraño que les lleva a colocar a parte del clero vasco en el primer lugar de sus odios. A José María Carrascal le sucede eso y se le nota.

Ayer en «La Razón» comentaba un opúsculo ponzoñoso de Iñaki Ezkerra titulado «ETA pro nobis». Y en medio del vertedero encuentra la verdad: «La forma como el nacionalismo vasco ha corrompido el alma de aquella sociedad (...) es el mejor ejemplo de que no hemos avanzado tanto como creíamos y de que en medio de la privilegiada Europa del siglo XXI puede darse el caso más flagrante de nazismo. Ezkerra nos muestra cómo se están negando sistemática y diariamente los derechos fundamentales a un segmento de la población vasca en aras de una doctrina nacionalista. Incluso puede ser más grave que lo ocurrido bajo Hitler. El Nationalsozialismus era un movimiento político, y lo político pasa, al cumplir su ciclo o porque se le derrota. El Nacionalismo vasco en cambio tiene un poso religioso que perdura».

Tomando prestado el argumentario de Ezkerra, sigue su cruzada: «El papel de la Iglesia en él es tan ancho como profundo y llega al punto de rechazar a sus elementos más evangélicos, con tal de servir a los intereses nacionalistas, como muestran un sinnúmero de episodios y personajes a lo largo del libro. ¿Es ETA el pecado original de la Iglesia vasca o es la Iglesia vasca el pecado original de ETA? se pregunta el lector al terminarlo. Puede que ambas cosas, pues la brutalidad criminal de la una se confunde con la sinuosidad moral de la otra». No para el tío...

Pero también al PSOE le toca lo suyo: «Y por si esa complicidad no bastara, llega la de los socialistas. Sí, los mismos socialistas que fueron masacrados por Hitler están dispuestos en Euskadi a servir de comparsas a quienes representan lo contrario de sus ideales de igualdad, justicia y hermanamiento. Si lo hacen por complejo, miedo o alguna migaja de poder, que les quitarían en cuanto los nuevos nazis obtengan lo que buscan, no lo sabemos. Pero si la traición de la Iglesia vasca a sus ideales en el País Vasco es obscena, la de los socialistas es patética, y corrobora la bancarrota de la izquierda desde la caída del Muro». Les rascas un poco la piel y sale el monstruo enseguida.

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