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CRÓNICA | Legionarios y gladiadores

Los romanos emplazan un campamento militar en Gasteiz

Una lucha de gladiadores y un entrenamiento de legionarios fueron los protagonistas ayer de una Plaza de los Fueros conquistada por Roma.

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Itziar AMESTOY

Bajo la carpa del escenario de los Fueros se pudo visitar ayer un campamento romano, o su reproducción. Entre tiendas, enseres varios, estandartes y lanzas, los gasteiztarras interesados en el mundo romano disfrutaron de una explicación intensa sobre los pormenores de un campamento militar. Y es que Jano Reproducciones se encargó de dar vida a una legión romana y al mundo de los gladiadores.

Tal y como comenzó a explicar el mismísimo Cayo Valero Donato, o el integrante de Jano que le representaba, estaba previsto escenificar el campamento a lo largo de la Plaza de los Fueros. La amenaza de lluvia, sin embargo, obligó a comprimir el espacio y reproducirlo sobre el escenario, protegido por una carpa.

El agua, aun y todo, no impidió la romanización que tenían planeada y Cayo Valero explicó, con lujo de detalles, cómo se establecían los campamentos, la vida cotidiana de los mismo e, incluso, las tácticas que empleaban para luchar contra la gente que invadían. Así, los niños y los no tan niños, se asombraban al pensar que las crines de caballo propias de los cascos romanos tenían la intención de causar miedo e impresión en el enemigo.

Los requisitos para formar parte de la legión causaron más de una decepción entre los congregados. Y es que si el 1,70 de altura -convertido en 1,77 a partir del siglo I- ya dejó fuera de combate a más de uno; los 25 kilómetros que había que correr con unos 40 kilogramos de peso despertaron las risas y bromas. «Tú no entrarías ni pagando», le comentaba un joven turista a su amigo, quienes, impresionados por el clima estival de Euskal Herria, recurrieron a la representación para pasar la tarde.

El campamento elegido formaba parte de la Legio IIII Macedónica. Al parecer, eso de representar el cuatro con el «cinco menos uno», es decir, IV, es algo «moderno» de finales del Imperio Romano occidental, según explicó el integrante de Jano.

Mientras en el escenario continuaba la muestra de las diferentes partes del uniforme, un contubernio romano -la unidad mínima del ejército- entrenaba por el suelo de la plaza. Cuando se acabó la explicación del campamento, Cayo Valero bajó al lado de los legionarios y empezó a dar órdenes de desfile militar. Entre gritos, los soldados recorrían la plaza de un costado al otro. Pero como la intención del acto no era escenificar sino que tenía fines divulgativos, Cayo Valero explicó la evolución de las órdenes que recibían y las tácticas de lucha.

El turno de los gladiadores

Tras conocer el mundo de la legión, hacia las 18.30 horas empezó la demostración sobre los gladiadores. El esquema, el mismo. Tras una explicación encima del escenario sobre el mundo de estos personajes, sus entrenamientos y la vida cotidiana; se reprodujo una lucha de gladiadores en la plaza.

«Nuestro objetivo no es sólo que veáis un espectáculo, sino que entendáis la escenificación y conozcáis un poco más el mundo romano», afirmaba el organizador del evento. Y así fue. Los curiosos que se acercaron hasta la plaza disfrutaron de una actuación más didáctica que artística.

La iniciativa se enmarca dentro de las jornadas «Enéadas: un viaje por la antigua Roma e Italia», que transportan la ciudad al país andino durante la segunda quincena de agosto a través de actos muy variados.

 

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