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jornada por los derechos civiles y políticos

Sakana acogerá la segunda edición de Bat Egin Eguna

Los procesados en el sumario 18/98 presentaron ayer la edición del Bat Egin Eguna de este año que, al igual que en 2006, pretende unir la solidaridad con la reivindicación de los derechos civiles y políticos. Los encausados, sobre quienes pesa una losa de 484 años de petición de condena, agradecieron el respaldo recibido en este tiempo, pero apelaron al trabajo en común para acabar con las agresiones contra Euskal Herria.

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Iker BIZKARGUENAGA | BILBO

La cita es el 23 de setiembre en las campas de San Pedro, situadas en Altsasu y Urdiain. Tras el éxito de la edición anterior, en la que miles de personas participaron en esta jornada que mezcla la reivindicación de los derechos civiles y políticos con la solidaridad hacia los procesados en el macrosumario 18/98, Bat Egin Eguna volverá a congregar a una multitud en este bello paraje de la Sakana, donde, además, aún resuenan los ecos de los Egin Eguna que hicieron disfrutar a varias generaciones.

Marta Pérez y Mikel Korta tomaron la palabra en nombre de sus compañeros, en una nutrida rueda de prensa que concitó la atención de numerosos medios y en en la que participaron varios de los procesados en el macrosumario.

Antes de entrar en los detalles de la cita, Korta hizo un balance de las numerosas vulneraciones de los derechos civiles y políticos ocurridas este último año, y se centró, en este sentido, en los macrosumarios abiertos en la Audiencia Nacional contra numerosas personas y organismos sociales y políticos vascos.

Respecto al propio sumario 18/98, recordó que el juicio finalizó en marzo, y que los procesados se hallan ahora a la espera de la sentencia. Apuntó que desconocen cuál será el desenlace, pero recordó que el fiscal Enrique Molina, como él mismo subrayó en la Sala, hizo las peticiones de condena más altas que podía realizar. El fiscal que ha instruído todo este macrosumario pide un total de 484 años de cárcel en su contra.

Asimismo, los procesados recordaron de manera muy especial a los jóvenes que se encuentran encarcelados por el sumario contra Jarrai, Haika y Segi, destacando que su situación «significa una vulneración diaria de los derechos civiles y políticos de la ciudadanía vasca». También hicieron referencia al proceso abierto contra «Euskaldunon Egunkaria», que «pese a los rumores que surgieron en sentido contrario no se encuentra cerrado, sino totalmente abierto y con los imputados a la espera de juicio». En idéntica situación se hallan los encausados en la causa contra el movimiento pro amnistía, que, como recordaron, se espera que el juicio comience en breve, aunque no tiene fecha fijada.

«Durante este año se ha confirmado, reafirmado y aumentado el papel político que juega la Audiencia Nacional al servicio del Estado y del Gobierno español, con el único objetivo de tratar de dar un tinte pseudo jurídico a lo que es una opción totalmente represiva por parte del Gobierno español frente a las ansias de libertad de este pueblo», señaló Korta a continuación, valorando que es ese ahnelo de libertad de este pueblo el que lleva al Estado y al Gobierno español a «recurrir sistemáticamente a la vulneración de los derechos civiles y políticos de la ciudadanía vasca».

Solidaridad y trabajo en común

Siguiendo con su exposición, Korta señaló que la solidaridad que en la sociedad vasca se ha abierto camino en torno a esta dinámica de macrosumarios impulsada por el Estado español «no debe ir planteada hacia las personas o las organizaciones que están sentadas en el banquillo», sino que «debe ser entendida como un ejercicio de autodefensa del propio pueblo vasco, como un ejercicio en defensa de los derechos que como pueblo y como personas nos corresponden a todos».

Por ello, y partiendo de esta reflexión, las personas encausadas en el sumario 18/98 consideran que «es hora de pasar de la solidaridad al trabajo en común, para que esa solidaridad se muestre efectiva».

Y es que, tras agradecer el respaldo que han recibido de la sociedad vasca, «de la gente de la calle, y también a nivel sindical, político e institucional», que consideran «difícil de superar», Korta constató que ese masivo apoyo no ha conseguido acabar con la dinámica de macrosumarios abiertos contra la sociedad vasca. «Por eso pensamos que de la solidaridad hay que pasar a un trabajo en común», un trabajo que, según apuntó, debería pivotar sobre un eje «sólido y ampliamente aceptado, que es trabajar en defensa de los derechos de Euskal Herria y de los deerchos de los ciudadanos y ciudadanas de este país».

«Ese es el camino para traer la democracia y conseguir una Euskal Herria libre y en paz», concluyó.

Un marco incomparable para un programa amplio y variado

Las gentes de la Sakana saben bien lo que es acoger citas solidarias y movilizaciones populares en favor de las más variadas demandas. Y las campas de San Pedro han sido el inmejorable escenario en el que miles y miles de personas han vivido momentos vibrantes e inolvidables. Durante años, en este espacio natural situado entre Altsasu y Urdain tuvo lugar el Egin Eguna, jornada que muchos ciudadanos y ciudadanas de este país marcaban en rojo en el calendario y que servía para ayudar el diario clausurado en 1998 por Baltasar Garzón y doscientos policías españoles.

Desde aquella fecha, las campas de San Pedro quedaron un tanto huérfanas de citas con la sociedad vasca, hasta que el año pasado reivindicación y fiesta volvieron a fundirse en el Bat Egin Eguna. Los procesados en el macrosumario 18/98, que por entonces cumplían ya casi un año de juicio, quisieron organizar una jornada en la que este pueblo pudiera unir la denuncia por la vulneración de los derechos civiles y políticos y la solidaridad económica. La convocatoria fue un éxito, y miles y miles respondieron, una vez más, a la llamada.

En la edición de este año, los encausados, que volverán a contar con la ayuda de los vecinos de la Sakana y de los procesados en otros sumarios, pretenden mejorar incluso la oferta del pasado año, tanto en la organización, como en el programa y, especialmente, en el ámbito gastronómico.

Alternativas no faltarán: alubiada popular, paellas, animación de bosque, y la participación de personas y grupos conocidos en el ámbito cultural . Todo ello, a fin de que, como explicó Marta Pérez, «las campas de San Pedro sean un espacio para escenificar el salto que hay que dar de la solidaridad al trabajo en común».

La cita está puesta.

I.B.

 
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