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la cosecha 2007 bate récords en el país ocupado por la OTAN

Afganistán, líder en la producción de opio

La producción de opio, que se ha duplicado en dos años, ha superado todos los límites en 2007. Afganistán es el líder mundial indiscutible y su siperficie cultivada supera ya al conjunto de tierras dedicadas en América Latina al cultivo de la coca. Así se constata en el último informe de la ONUDC.

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Béatrice KHADIGE

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (ONUDC) ha hecho público su informe anual, en el que se refleja que la producción de opio en el país ocupado por fuerzas de la OTAN ha crecido en un 34%, lo que consolida a Afganistán como el primer productor del planeta de la planta utilizada para la fabricación de la heroína. La producción ha alcanzado «límites exorbitantes» en 2007, según constata el informe dado a conocer ayer en Kabul. El opio afgano cubre el 95% de la producción mundial, frente al 92% que cubría en 2006.

En la escena internacional, Afganistán se ha convertido en el país que acoge la mayor concentración de tierras cultivadas afectadas por la producción de la droga, según la ONUDC, cuyos responsables añaden que «a día de hoy el total de las tierras dedicadas al opio en Afganistán es superior al conjunto de hectáreas afectadas por la producción de la coca en América Latina».

La producción de la planta dormidera es tan espectacular que, según Naciones Unidas, «ningún país del mundo, si exceptuamos a China en el siglo XIX, ha logrado producir productos narcóticos a esa escala».

Alrededor de 193.000 hectáreas se han dedicado este año al cultivo del opio, frente a las 165.000 hectáreas contabilizadas en 2006. Este aumento de la producción de ha producido a pesar de los millones de dólares consagrados por EEUU y Gran Bretaña a programas de erradicación de un cultivo tradicional en Afganistán y que, según remarca el informe, sirve hoy -además de para mantener una estructura de poder político y económico poco estable y seriamente penetrada por el dinero del narcotráfico- para sufragar los gastos de guerra de los talibanes. Apoyado por la presencia de 50.000 soldados extranjeros, el gobierno del presidente Karzaï apenas controla la zona centro-norte del país, mientras que en el sur las sucesivas y sangrientas campañas militares no han logrado acabar con la insurrección armada talibán.

Por territorios, es la provincia de Helmand la que concentraría actualmente la mayor superficie de plantación, por encima de la producción global de coca en Colombia, del cannabis en Marruecos y del opio en Birmania.

Los talibanes prohibieron por una fatwa en 2000 la producción de opio. Sin embargo, la invasión de Afganistán, un año después, impuso al país el «monocultivo económico» de la guerra. La corrupción ha convertido en un gran fiasco el programa de reconstrucción y las promesas de ayuda a los campesinos han caído en el olvido. Sobre ese campo abonado florece un cultivo que, por lo demás, nunca ha desaparecido del paisaje afgano.

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