Otsagabia revive un día a la usanza del año 1900
Quienes acudieron ayer a Otsagabia pudieron comprobar cómo era el modo de vida de los habitantes de esta localidad a comienzos del siglo pasado. Como en anteriores ediciones, engalanaron las calles y más de 200 habitantes recrearon los oficios y las tradiciones de antaño.
Maider EIZMENDI
Otro año más los visitantes que acudieron ayer a la localidad de Otsagabia tuvieron ocasión de hacer un salto en el tiempo y retroceder al año 1900. Los vecinos de este municipio del valle Zaraitzu durante un día recrean el modo de vida en el Pirineo a comienzos del siglo pasado y lo hacen recuperando los utensilios y trajes de antaño e interpretando los oficios y las tradiciones de aquellos años.
Si bien los habitantes leyeron el pregón el viernes por la noche, el día grande de la fiesta «Orhipean. Oficios y Tradiciones» lo celebraron ayer. El sol brilló desde primera hora de la mañana en Otsagabia, lo que embelleció aún más si cabe las calles y la plaza del pueblo, que se engalanaron para la ocasión. El bandeo de campañas anunció el inicio de la fiesta, que comenzó con un exquisito almuerzo a base de migas. Una vez que habían cogido fuerzas, los habitantes y visitantes, que año tras años responden a la convocatoria masivamente, tuvieron ocasión de contemplar el modo en el que vivían los vecinos de esta localidad en el año 1900. Así, mientras las lavanderas limpiaban la ropa en el río, otro grupo realizó la tradicional txerriboda, con todo lo que ello conlleva: el sacrificio del animal, la elaboración de morcillas y txistorras... No sólo eso; dando un pequeño paseo por la localidad los visitantes pudieron admirar a la hiladeras hilando, ver cómo se elaboraba antaño el queso y el pan, el funcionamiento de una taberna en aquellos años...
«Alrededor de 200 actores»
Esta cuarta edición contó además con novedades, entre las que destacaron la consulta del médico, el dentista-barbero o el rincón que le dedicaron a la caza y la pesca, en la que mostraron los utensilios y técnicas que utilizaban hace un siglo en estas prácticas.
Tras las diversas demostraciones, los que aún tenían fuerzas pudieron alargar la jornada festiva bailando en la plaza de la localidad «a la antigua usanza».
Una de las participantes en la fiesta, Ana Sagardoi, valoró positivamente esta edición y subrayó que año tras año el número de visitantes que acude a la fiesta «es significativo».
También es importante el número de habitantes que participan activamente en esta jornada festiva, «alrededor de unas 200 personas». Tal y como comenta Sagardoi, los preparativo comienzan en marzo o abril. «Nos reunimos, en primer lugar, para decidir si vamos a realizar la fiesta. Posteriormente, nos dividimos en diferentes grupos y cada uno de ellos se encarga de una actividad concreta», explica.
Lo bonito de la fiesta es que hombres y mujeres pequeños y mayores... todos participan en las numerosos oficios y tradiciones que se interpretan. «Además de los más jóvenes, quienes en el futuro podrían seguir con la fiesta, es necesaria la participación de la gente mayor, que es quien más conoce estos oficios», subraya Sagardoi.