El pasado día 31 de julio se publicó en este periódico un artículo firmado por Txaro Markinez, (representante de LAB en la Mesa Sectorial), denostando la gestión de Osakidetza, entre otros motivos por aplicar políticas neoliberales y por concertar servicios con empresas privadas sanitarias.

Bajo una pretendida inocencia, achaca el empeño del intento de desprestigio de la Sanidad pública vasca a una campaña de grupos mediáticos, como si el propio artículo publicado y un sinfín de actos, noticias y manifestaciones vertidas por los sindicatos, entre otros el que la autora del artículo representa, no contribuyeran a tal fin.

Nefasta política de inversiones, de recursos humanos, de normalización lingüística, precarización de los ámbitos de la atención primaria y hospitalaria...

No obstante, a pesar de todo ello, a pesar de la campaña mediática y de las colaboraciones desinteresadas que ésta pueda recibir de otros agentes, entre los que notoriamente destacan los sindicatos, Osakidetza continua funcionando, continua atendiendo con unos altos niveles de calidad a los ciudadanos y ciudadanas que demandan sus servicios. Por supuesto, como no podría ser de otra manera, gracias a la profesionalidad y dedicación de sus trabajadores y trabajadoras.

Ya está bien de críticas sin contenido real que no pretenden sino el desprestigio de una organización que por su buen hacer tiene el reconocimiento de los ciudadanos y resulta uno de los ejes fundamentales de nuestra sociedad.

Es hora de intentar entre todos, entre todos los agentes que trabajamos en la sanidad pública, también los sindicatos, por supuesto, llevar a cabo un ejercicio de responsabilidad y hacer, cada uno en su ámbito de responsabilidad, planteamientos realistas y que busquen efectivamente la mejora de este servicio esencial para la ciudadanía.

Es hora de dejar de un lado la falsa grandilocuencia demagógica y trabajar realmente en mejorar el servicio y también, cómo no, las condiciones de trabajo de los profesionales de Osakidetza.

Es hora de medir a los agentes que participan en el sistema sanitario público, también a los sindicatos, por lo que realmente consiguen, y no por lo que piden y proclaman.

Así, entre todos, seguro que mejoraremos el servicio a prestar a los ciudadanos y ciuda- danas.