El ojo público del ciudadano» es un programa que debería colocarse en horarios de más posibilidades de audiencia, pero la televisión pública estatal, con el grado de desorientación que le caracteriza, lo condena a unos horarios de trasnoche en donde los contenidos de la competencia se mueven en territorios más morbosos, lo que aunque sea solamente por una cuestión de arrastre o contaminación, lo que en otro tramo horario sería netamente un asunto de denuncia, se convierte en algo más fragmentado que debe ir picoteando en muchos asuntos para conferirle esa noción del ritmo televisivo que actualmente se impone en todos los programas, incluidos los noticiarios.

El programa de Lucas va ganando audiencia, va ganando interés y lo hace a base de buscar un equilibrio entre la calle y el plató, entre lo enlatado y pregrabado y el directo, con lo que se van contrastando las opiniones, se busca la intervención de especialistas ante situaciones claras de denuncia o conflicto de intereses, lo que le convierte en un auténtico servicio público. Copiado de otras experiencias televisivas, ese atril colocado en las calles de diversas poblaciones donde los ciudadanos expresan a su libre albedrío los problemas que tiene en su ciudad es un toque de cercanía y le confiere aires populares. En su conjunto es un programa que se ha ido dibujando con las emisiones y que debería ser mejor tratado por el programador, o sea, confiar más en los públicos, en las audiencias y asumir su papel de televisión pública. Además, en este caso, le avalarían los resultados.

Las privadas, se meten en el ámbito privado. «Hormigas blancas» repasa la vida de Pepa Flores, la que fue para alguna generación su novia imposible, la niña rubia de nombre artístico Marisol, que tantas ilusiones suscitó. Una mujer convertida en algo más que un objeto, militante comunista marxista-leninista, el primer desnudo en portada de revista de la democracia. Muchas cosas ejemplares, y si es bien cierto que todo esto se dijo, es decir se trató a la mujer con cariño, sobraron algunas intervenciones en la mesa, se desviaron demasiado hacia asuntos no tan relevantes, pero que forman parte del estilo de Tele 5.