La alcaldesa Regina Otaola y su partido, el PP, colocaron ayer la bandera española en el mástil del Ayuntamiento de Lizartza. Nunca antes desde el franquismo había ondeado la bandera española en la Casa Consistorial, aunque sí con anterioridad la Alcaldía fue ocupada como ahora por un partido que no cuenta con el respaldo mayoritario de los habitantes de la localidad. Fue el PNV el que ocupó de la Casa Consistorial durante cuatro años sin tener en cuenta la voluntad de la ciudadanía. Y ayer, fue la Ertzaintza la que veló para que la colocación de una enseña que no representa a la inmensa mayoría de los lizartzarras fuera colocada en su ayuntamiento. La Policía autonómica estableció un cordón de seguridad en torno al edificio durante la colocación de la enseña, a primera hora de la mañana, y por la tarde todavía seguía patrullando por una pequeña localidad que ha visto cómo estas actitudes alteran el normal desarrollo de sus fiestas. Sin duda, el origen del problema está en la ilegalización de opciones electorales, pero su persistencia tiene mucho que ver con la pasividad ante esa situación antidemocratica de fuerzas que se dicen contrarias a la Ley de Partidos.