un nuevo caso de espionaje contra la izquierda abertzale
La izquierda abertzale destapa otro caso de espionaje policial
El movimiento pro aministía dio a conocer ayer un nuevo caso de seguimiento practicado contra un miembro de la izquierda abertzale. Recordaron los casos denunciados el pasado mes, denunciando que, si no se toman medidas, seguirán sucediendo. El militante del organismo antirrepresivo Mario Zapata halló adherido a su coche un aparato que presumiblemente posibilitó el control que sufrió durante sus vacaciones.
Jasone MITXELTORENA | IRUÑEA
El movimiento pro amnistía, a través de su portavoz Iñaki Iribarren, dio a conocer ayer en Iruñea un nuevo caso de seguimiento realizado a un miembro de la izquierda abertzale. Se trata de Mario Zapata, que relató ayer el acoso continuado al que fue sometido, junto con su compañera, durante sus recientes vacaciones. Fue a la vuelta, una vez que ambos pensaron que había cesado la persecución, cuando al revisar el coche después del viaje descubrieron un aparato desconocido adherido al chásis del vehículo.
La abogada de Zapata, Amaia Izko, explicó ayer que su primera actuación ha sido la de hacer pública la información sobre los hechos, mostrando a los medios de comunicación el aparato encontrado. Su siguiente actuación será la de presentar ese objeto ante el Juzgado de Guardia, para que se determine de qué se trata, de dónde proviene, y las consecuencias que pueda acarrear a su cliente. Asimismo, y si, tal y como apuntan las sospechas, se trata de una operación policial, Izko solicitará conocer «en qué marco se ha autorizado la operación, y en base a qué», según relató.
A preguntas de los periodistas, Zapata aseguró que nunca antes de las pasadas vacaciones había notado ningún tipo se control y seguimiento, pero nada más iniciar las mismas, fueron retenidos en un control de carretera de la Guardia Civil. Zapata relató que «el primer día de vacaciones, al poco de salir de aquí, nos detuvieron en un control. Nos interrogaron y registraron el coche. Fue una situación de tensión para nosotros». A partir de ese momento, en palabras de Zapata, «nos dimos cuenta de que alrededor nuestra había un dispositivo de seguimiento y control. Agentes de paisano que se dejaban ver... era una situación de mucha tensión, hemos pasado todas las vacaciones sufriendo un control exhaustivo durante las veinticuatro horas del día», indicó.
Una vez de vuelta, y tras el viaje realizado, decidieron realizar una inspección al vehículo, y fue entonces cuando hallaron un objeto, adherido a la carrocería del coche, para ellos desconocido. «Pensamos que con el final de las vacaciones esto había acabado, pero no fue así. Encontramos este aparato que creemos bastante evidente que se trata de un dispositivo de seguimiento», añadió. Zapata quiso denunciar en la comparecencia de ayer que «alguien, la Policía o los aparatos del Estado, ha estado realizando un seguimiento a todos nuestros movimientos, y pensamos que no hay derecho a ello». Por último, mostró su deseo de conocer los motivos: «Queremos que se aclare quién ha sido, y para qué lo ha hecho».
«Se seguirán realizando»
El representante del movimiento pro amnistía denunció «este nuevo caso de seguimiento a los ciudadanos y ciudadanas de Euskal Herria, este nuevo acoso y persecución, y también intimidación, a un miembro de la izquierda abertzale».
Iribarren alertó de que «ese control se ha intensificado durante los últimos meses», y recordó otros casos parecidos: «Una de las personas del grupo negociador en la resolución del conflicto encontró un aparato parecido en su coche, y recordar también que, hace escasas dos semanas, otros jóvenes descubrieron en su domicilio de Donostia, concretamente debajo de un sofa, un dispositivo utilizado para las escuchas ilegales».
Explicó que ambos casos han sido denunciados, «tanto de manera pública como jurídica, sin que ninguna de esas denuncias hayan supuesto una investigación profunda».
Por ello, y dada «la impunidad de la que gozan los aparatos del Estado, se posibilitan nuevos casos, como el que estamos denunciando hoy», aclaró Iribarren. Añadió que «esa impunidad posibilita que los derechos de los y las ciudadanas vascas sean vulnerados, pisoteados y violentados, creando entre nosotros una verdadera situación de excepción».
Los derechos vulnerados a Zapata son «el derecho a la intimidad y a la libre circulación de un ciudadano, en este caso no respetado por ser vasco», explicó Iribarren. «Desgraciadamente, los y las vascas comprometidas con una solución al grave conflicto de Euskal Herria, sufrimos este tipo de recortes de derechos diariamente», dio a conocer el portavoz del organismo antirrepresivo.
Citó como ejemplo «el intento de negar movilizarse a favor de los presos el próximo domingo en Donostia».
Llamamiento a denunciar
Desde el movimiento pro amnistía sitúan este tipo de maniobras «en la falta de democracia», y señalaron que «estos hechos suceden en un estado que se autoproclama defensor de todos los derechos y de todos los proyectos». Al contrario, tal y como apuntó Iribarren, «los últimos treinta años han demostrado que España sigue sin democratizarse». Por todo ello, el organismo antirrepresivo llamó a la ciudadanía «a denunciar cualquier recorte de derecho por parte de los aparatos del Estado español», y también a «seguir trabajando para conseguir la posibilidad de una situación democrática en Euskal Herria, que garantice el respeto a todos los derechos básicos de todos los ciudadanos.
Mario Zapata relató que durante las vacaciones tanto él como su compañera han sido sometidos a un «control exhaustivo».
Zapata mostró su deseo de que «se aclare quién ha sido, y para qué lo ha hecho», y para ello, llevarán el aparato ante el juez. Lamentó que se den este tipo de persecuciones contra los ciudadanos vascos, y denunció que «no hay derecho».
Amnistiaren Aldeko Mugimendua denunció que «mientras los aparatos del Estado sigan gozando de impunidad, este tipo de casos seguirán sucediendo». Así se refería a la falta de una investigación profunda sobre denuncias anteriores.
En junio 1994, durante la operación Urbión-Amperio-Arzak, agentes del CESID efectuaron un Control Integral de Relaciones (CIR) en la sede de Herri Batasuna en Donostia, en la que requisaron unos documentos que posteriormente filtraron a un medio de comunicación. En marzo de 1998, los técnicos contratados por Herri Batasuna con sede en Gasteiz descubrieron un dispositivo de escuchas ilegales con destino al piso superior de la sede. A partir de ahí comenzó la investigación que dejó al descubierto que la formación abertzale, y en aquella época, su Mesa Nacional, había sido objeto de seguimiento durante diez años.
Unos meses más tarde se descubrió que la sede de HB en Bilbo era objeto de un control similar. Las operaciones formaban parte del denominado «Apoyo Operativo», dependiente de la jefatura del CESID. Sus directores y otros agentes que operaron en el mismo, fueron conducidos al banquillo de los acusados en la Audiencia Provincial de Araba, cinco años después de los hechos denunciados. Dos directores, y otros dos agentes fueron condenados por realizar escuchas ilegales a la formación política HB.
Más tarde fue el turno de la sede de Baiona, y las operaciones de este tipo llevadas a cabo por el CESID afectaron a varios abogados de la izquierda abertzale, incluso llegó a investigar a organismos dependientes del Gobierno de Lakua como la propia Ertzaintza, según informaciones publicadas por algunos medios de aquélla época. Muchos años después, y la celebración de un juicio de por medio, este tipo de seguimientos siguen efectuándose a miembros de la izquierda abertzale. Juan Mari Olarra, cuando acompañado por un compañero se acercó a su coche, sorprendió a dos individuos que registraban el vehículo. Al verse sorprendidos, los individuos se dieron a la fuga pero uno de ellos fue alcanzado por los militantes abertzales. Una vez en la comisaría de la Ertzaintza, pudieron comprobar que se trataba de agentes de los aparatos del Estado.
Sin ir más lejos, el mes pasado tuvo lugar un nuevo episodio de escuchas ilegales. Varios jóvenes, entre ellos Aritz Saez que había sido encarcelado anteriormente, descubrieron en su domicilio de Donostia «un objeto que sobresalía varios centímetros de la superficie del suelo, y que salía de un orificio», según relataron en la comparecencia organizada por Anmistiaren Aldeko Mugimendua. Se trataba de un dispositivo de control conectado al piso inferior, desde el que se realizaban las escuchas ilegales. Este hecho fue denunciado, sin que hasta el momento se haya abierto una investigación profunda que aclare este hecho, tal y como se denunció ayer.
J.M.
Dentro de la vulneración de derechos que sufre la ciudadanía de Euskal Herria, el portavoz del organismo antirrepresivo recordó «el intento de negar el derecho a la movilización», en referencia al acto del próximo domingo en Donostia.