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Mendizorrotza El Glorioso termina con la sequía con un empate

Un tesoro efímero y un botín escaso

El Alavés, que necesitó 333 minutos para conseguir su primer gol en Liga, desperdició la ventaja del tanto de Aganzo a la salida de un corner por su falta de contundencia defensiva en apenas dos minutos y sumó el primer punto en otro partido con sabor agridulce

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CADIZ 1  DEPORTIVO ALAVÉS 1

Jon ORMAZABAL | GASTEIZ

El Deportivo Alavés sumó ayer su primer punto de la temporada, un botín que se antoja demasiado escaso, sobre todo por la manera en la que se le escaparon dos puntos. Y es que, tras haber estado 333 minutos buscando el primer gol, algo que debe ser todo un tesoro para equipos como el Alavés, sobre todo en partidos trabados como el de ayer, echó todo por la borda en apenas dos minutos en una falta de contundencia de la zaga que Parri no desaprovechó.

Errores o infortunios como el de ayer son especialmente duros para equipos que deben rentabilizar tanto sus aciertos ofensivos porque si no, el primer gol, el derroche físico, el trabajo, la mejora en los balones parados y la voluntad, esos factores que el público supo agradecer, terminan difuminándose ante la cada vez mayor necesidad de obtener la primera victoria.

Sin haber vuelto a estar mal, el rival, un Cádiz que pese a apostar por jugadores de toque vino a especular con el empate, volvió a necesitar muy poco -un balón suelto en una jugada aislada- y como dice el anuncio de la DGT, el Alavés sigue pagando muy caras sus imprudencias, cuando la seguridad debe ser el pivote sobre el que cimentar su recuperación.

Con Pino Zamorano como triste invitado, con su concierto de silbato en la primera mitad y sus problemas físicas en la segunda, el partido de ayer volvió a ser otro ejemplo de que intensidad y velocidad no son sinónimos y las carencias en la parte de arriba volvieron a aflorar. Superado el brío inicial, en el que el Alavés parecía asfixiar a un Cádiz que vino a verlas venir en su campo, los de Josu Uribe volvieron a atascarse. Vale que en el Cádiz tampoco entraran en juego sus hombres más imaginativos, pero es que el Alavés en ataque apenas existió.

El técnico asturiano, que sigue sin encontrar su once inicial, ayer apostó por Calderón en el lateral derecho, Natxo Garro en el pivote al lado de Astudillo y Wellington en la media punta, relegando a Mena al banquillo.

Sin un canalizador de juego y las bandas completamente desconectadas -Calderón ganó la línea de fondo en una ocasión en los primeros 45 minutos- las oportunidades albiazules se limitaron a dos jugadas a balón parado en las que ni Wellington ni Natxo Garro supieron sacar provecho de las dudas de Contreras en el juego aéreo.

Así, la oportunidad más clara en toda la primera mitad fue para el equipo de García Remón, en un contragolpe muy bien montado en el minuto 6 en el que Dani llegó muy forzado y remató arriba un buen servicio de Enrique desde la derecha.

Tras otros diez minutos de zozobra, Josu Uribe decidió intentar cambiar la dinámica con la entrada de Sergio Rodríguez y Raúl Sánchez. La incorporación del riojano se hizo importante a balón parado y una serie de seis corners prácticamente consecutivos y con mucho peligro, terminó ofreciendo fruto, cuando David Aganzo conectó un gran cabezazo en un saque de esquina botado de la derecha y batió a Contreras.

Lo malo fue que, tras una celebración en la que puso en peligro su integridad física, sólo pudieron mantener ese botín tan preciado apenas dos minutos. Y es que, después de haber estado buscando el gol durante 333 minutos en Liga, una falta de contundencia por falta de la defensa en un intento de internada de Dani dejó el balón suelto dentro del área y Parri no perdonó.

Esfuerzos baldíos

El golpe fue duro para el equipo gasteiztarra, ya que todo se vino al traste cuando parecía que lo más complicado ya estaba hecho. La cosa pudo haber sido incluso peor, ya que Gustavo López en una falta, y Gastón Casas, en una contra en la que mandó el balón a la red por el exterior, estuvieron a punto de haber hurgado en la herida.

Pese a llevar el miedo en el cuerpo, el Alavés tuvo el valor de buscar la victoria con el único recurso que le quedaba ya sobre el terreno de juego, que no era otro que el aprovechar el buen golpeo de balón de Sergio para buscar la corpulencia de Raúl Sánchez y la brega de Aganzo para tratar de encontrar un balón colgado.

Una falta botada por el ex jugador del equipo gaditano y peinada por el delantero andaluz puso en bandeja el tanto a Chema Mena en los últimos minutos del choque, pero su cabezazo salió desviado por milímetros y hubo que terminar dando por bueno el primer punto de la temporada de la reconstrucción.

 

Uribe: «Ha sido una pena porque habíamos hecho lo más difícil, abrir el marcador»

Josu Uribe se lamentó amargamente ayer de no haber podido aguantar un poco más la ventaja en el marcador que tanto les había costado lograr. El técnico desveló incluso que había llamado a Coromina para que calentara y estudiaba cómo reconstruir el equipo para aguantar la renta, pero no le dio tiempo. «La verdad es que ha sido una pena. Creo que hemos hecho un partido bastante fuerte, muy intenso, nos han llegado muy poco. Ha sido una pena no haber podido aguantar cuatro o cinco minutos el empate, porque creo que el partido ya era nuestro, ya lo habíamos roto que era lo más complicado. Ha sido un gol un poco infantil, no sé ni cómo clasificarlo, han tenido suerte en el rebote», se quejó el técnico asturiano.

En su análisis del partido, el entrenador de los babazorros se mostró satisfecho por el trabajo defensivo realizado y desveló que su idea inicial fue la de desgastar con la presión de Wellington y Aganzo a los jugadores de toque por los que había apostado García Remón para tratar de aprovecharse del cansancio rival en la segunda mitad.

Preguntado por si lo mostrado por el equipo hasta ahora está cerca del fútbol que busca, Josu Uribe contestó que «éste es el fútbol que creo que tiene el equipo. Nosotros no tenemos un centro del campo con muchísima calidad individual, quitando a Sergio, los demás son de corte defensivo. Utilizamos dos puntas y estamos buscando un fútbol valiente, rápido, de presionar arriba. La idea general es ésa y lo que veo me gusta». Pese a que la clasificación apriete, Uribe señaló no tener nada de ansiedad porque entiende que están trabajando bien y está convencido de que este trabajo tendrá sus frutos. En este sentido, puso como ejemplo el aplauso con el que la grada despidió al equipo al término del partido.

J.O.

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