El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, volvió ayer a referirse a la decisión adoptada por su partido para vetar el acuerdo con Nafarroa Bai y facilitar así la reelección de Miguel Sanz como presidente del Ejecutivo navarro. «En cual- quier caso, aunque en Navarra no se haya producido cambio de gobierno, la política ya está cambiando», dijo satisfecho.

En una entrevista publicada en «Diario de Navarra», la cara visible de la decisión adoptada en Ferraz y finalmente impuesta al PSN añadió que observa esa variación en que Nafarroa «ya no es el centro de la crispación ni va a ser instrumento ser propaganda».

Manifestó que «todos» han hecho autocrítica en el herrialde y «hemos antepuesto el interés general». Ello se ha traducido en el caso del PSN a la renuncia a desbancar a UPN, que, en su opinión, «es mucho para un partido que tenía la mayoría parlamentaria para poder gobernar. Y lo hemos hecho porque entendemos que lo que más conviene a Navarra es superar esa etapa de confrontación» y entrar en otra caracterizada por la «apuesta por la convivencia, el consenso, la serenidad en el debate político». Agregó que espera que esa actitud sea reconocida por los navarros y que el PSOE sea el partido más votado en las elecciones al Parlamento español.

La «sorpresa» de Jiménez

Y mientras Blanco trataba de argumentar la polémica decisión, en otro rotativo navarro, «Diario de Noticias», el portavoz del PSN en el Parlamento de Iruñea, Roberto Jiménez, reconocía que eran conscientes de las dificultades pero que «nunca pensamos que Ferraz vetaría el acuerdo con Nafarroa Bai». Preguntado por si se sintió desautorizado, respondió «no, porque cuando entre en el PSOE conocía las reglas de juego».

También indicó que «ha sido una parte muy minoritaria [del PSN] la que ha hecho públicas sus críticas. No se puede hablar de crisis».