Osasuna sigue sumando. Despacio, pero sin encajar goles. Esa es la lectura más positiva del encuentro disputado ayer en El Sadar, un estadio que continúa siendo testigo de la igualdad de los choques entre los rojillos y el Barça. Ayer se volvió a empatar, la cuarta igualada en los últimos ocho compromisos protagonizados por ambas escuadras en Iruñea.

Los de Ziganda dieron sensación de solidez, pero también de rigidez cuando de atacar se trató. Faltó alguien que catalizara el juego ofensivo, pero todo no puede ser y habrá que conformarse con el trabajo defensivo.

De cualquier forma, no se notó la diferencia de chequera en los primeros compases, Osasuna salió sin complejos, con las líneas muy pegadas y apoyos constantes, sin regalar ningún balón y apoyándose sobre todo en la banda derecha a la hora de buscar la portería de Valdés.

La vía Juanfran fue la más explotada para irse al ataque. El alicantino buscó desbordar a Abidal y de su flanco salió la jugada de mayor peligro durante el primer cuarto de hora. Una falta botada por Puñal en el minuto 5 no la llegó a conectar del todo bien Miguel Flaño y el esférico salió picado, pero desviado.

Sin embargo, Osasuna fue cediendo la posesión -pasó casi por completo a manos azulgranas-, encerrándose más en su campo y confiando su suerte a los envíos largos. Mientras, los culés también se apoyaban en su carril derecho, donde el mexicano Giovani ponía el picante con algún que otro escarceo al que Corrales difícilmente podía ponerle freno.

Aunque los de Rijkaard tampoco es que llevaran un peligro latente hasta el último tramo de la primera parte. Y ahí es cuando apareció Ricardo para, con una salida, detener la penetración y posterior chut de Giovani por la derecha (m.35) y una colada de Deco, tras magnífico pase de Iniesta, al que el cancerbero madrileño respondió con una manopla salvadora (m.40).

Portillo tuvo el 1-0

Entremedio, la ocasión más clara para los rojillos. Un fallo defensivo de Thuram le sirvió a Portillo para encarar solo a Valdés, pero el de Aranjuez trató de ajustar tanto su remate que la pelota se marchó muy ajustada al poste, pero sin que besara las mallas, que era su objetivo.

Un tirazo de Javi García saludó el inicio de la reanudación. El murciano probó fortuna desde 25 metros, Valdés trató de atrapar el lanzamiento y le faltó muy poco para acabar tragándoselo. Cuatro minutos después, Pandiani no empalmó bien a la salida de un corner en lo que era un buen comienzo osasunista tras el descanso.

Claro que Iniesta no quería irse sin los tres puntos y protagonizó instantes después otra soberbia combinación con Henry, quien tocó lo justo con la punta de la bota para que el cuero se marchara desviado mientras la grada contenía la respiración.

Sin excesivos sobresaltos discurrió el choque mediado el segundo periodo: los visitantes seguían disponiendo del balón, Osasuna esperaba replegado y trataba de aprovechar las jugadas de estrategia. El filón de la banda derecha se había agotado -Juanfran dio sensación de estar muy cansado- y Ziganda decidió aportar oxígeno.

Le dio la oportunidad de debutar a Plasil como rojillo y cambió el esquema del inicio. Ubicó al checo por la izquierda y recolocó a Font en la media punta. El equipo pareció agradecerlo, el villarrealense tocó más la pelota y eso se notó en la escuadra navarra.

Del lado culé también hubo estreno. El joven Bojan jugó sus primeros minutos en la Primera División y a punto estuvo de liarla a falta de nueve minutos para el final. Le buscó muy bien la espalda a Corrales, el andaluz se tragó el centro desde la derecha y el canterano blaugrana amartilló un chut con tanta intensidad que afortunadamente no le salió bien dirigido.

El sub 17 incluso se permitió una frivolité en el área rojilla en el tiempo de descuento, poniendo el nudo en la garganta de la afición local. Al final, reparto de puntos.