Gasteizkoak reiteró ayer un mensaje repetido año tras año en sus informes acerca del gasto militar; el de que éste se incrementa «en parámetros mucho más elevados que los presupuestos destinados a necesidades sociales». Por ello, denunció la tendencia del Gobierno español y de Lakua a «militarizar» sus previsiones de gasto en vez de variar radicalmente sus prioridades para erradicar la pobreza. «No nos vale la excusa de que la inmensa mayoría de estos presupuestos se aprueban en Madrid, porque en la mayoría de las ocasiones los presupuestos estatales que contienen esas partidas son aprobados con el apoyo de esas fuerzas políticas vascas, o sus socios estatales, que luego pretenden disfrazarse de antimilitaristas escudándose en que la culpa la tiene Madrid», censuraron.

La crítica del colectivo antimilitarista se fundamenta en el incremento de un 9% en estas partidas, de modo que las distintas administraciones desembolsarán 148 millones de euros más en 2007, hasta alcanzar un montante global de 1.805 millones. Gasteizkoak desveló que cada día los ciudadanos de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa aportan 4,95 millones a la maquinaria del Ejercito español, FSE y Ertzaintza. Por persona supone un desembolso anual de 846 euros.

«En un país como Euskal Herria en el que todo tipo de representantes políticos, medios de comunicación, intelectualidades y demás voces públicas se llenan la boca reclamando la paz, ¿podrán explicarnos algún día qué concepto de paz nos proponen cuando la práctica que nos presentan -subrayaron- es la de una sociedad cada vez más militarizada y policial basada, entre otras cosas, en la justicia de tomar de nuestros bolsillos vía impuestos todos y cada uno de los días del año más de 800 millones de las antiguas pesetas para dilapidarlas en gasto militar, al tiempo que mantiene en la pobreza a cerca de 800.000 habitantes?».

Araba, Bizkaia y Gipuzkoa financian vía Cupo un 6,24% del gasto militar español, lo que supone 1.203 millones de euros, 92 más que en 2006. A ello hay que añadir las partidas económicas destinadas a mantener a los diferentes servicios policiales, donde se sitúan las aportaciones a las FSE y a la Ertzaintza, con un montante global de 602 millones de euros, 56 más que el ejercicio anterior, que supone un aumento del 10,3%.

Perspectiva más amplia

A la hora de establecer hipótesis o sugerencias de a qué dedicar el «dineral» que anualmente «se derrocha» en la CAV a gasto militar, en vez de centrarse en las necesidades sociales vascas, han optado por aplicar «una perspectiva más amplia que nos ayude a no olvidar que la sociedad vasca es sólo una pequeña y privilegiada parte de la tan compleja como injusta realidad mundial».

Una de sus conclusiones que destaca es que el problema básico no es la falta de dinero sino el modelo económico-político que produce y reproduce injusticia social a escala mundial y los centros de poder a diversas escalas que se encargan de garantizar esa imposición. Esta reflexión de Gasteizkoak pretende propiciar un debate acerca del modelo actual insostenible.