A los ya liberados apenas les han preguntado por el «caso Ducasse»
Tras recuperar la libertad, cinco de los quince detenidos en la operación policial del lunes ofrecieron detalles sobre lo acaecido. Todos coincidieron en que el objetivo es «manipular y criminalizar al movimiento abertzale». A la mayoría ni siquiera le preguntaron sobre el «caso Ducasse», razón aducida para la operación. Y mientras Urtzi Garcia y Gorka Betolaza han sido encarcelados, Yves Sallaberry fue liberado ayer y el resto permanece en comisaría.
A.M. |
Acompañados por representantes de Askatasuna, Segi y Batasuna, cinco de las seis personas liberadas tras la operación policial dirigida por la jueza Laurence Le Vert, comparecieron ayer ante el bar Kalaka (abierto tras dos días de registro) de Donibane Garazi para ofrecer detalles sobre su detención.
Informaron de que la detonación que vecinos de Mixel Barnetche, detenido en Ezterenzubi, decían haber escuchado se produjo, en realidad, en el momento en que los gendarmes forzaron la puerta de su casa utilizando un explosivo. La entrada a la de Mixel Queihellalt, en Izpura, fue también bastante estrepitosa ya que reventaron una ventana para acceder a la vivienda sin percatarse de que la puerta ni siquiera estaba cerrada con llave.
Tanto Queihellalt como su compañera -a pesar de que los gendarmes le manifestaron que ella no tenía nada que ver con la intervención- fueron mantenidos esposados y desnudos durante el registro.
Carnet «falso»
En casa de Maider Agerre preguntaron primero dónde vivía Ihintza Oxandabaratz, y cuando se apercibieron de la presencia de Oskar Bizkai, le pidieron identificarse. Según relató él mismo, los gendarmes se alteraron mucho cuando controlaron el carnet de conducir que presentó, ya que pensaron que se trataba de un documento falso, por lo que lo trasladaron a la gendarmería de Larzabale, donde permaneció hasta su liberación el martes por la noche, eso sí, después de que agujerearan con un mazo algunas baldosas de la casa «en busca de armas».
Ihintza Oxandabaratz recalcó, por su parte, el «rídiculo» que supone semejante alarde de fuerza cuando ni tan siquiera son capaces de encontrar el domicilio de la persona que buscan. Como el resto de sus compañeros, manifestó que «el objetivo de esta operación mediática no es otro que el de crear confusión para así criminalizar al movimiento juvenil o, incluso, antiespeculación», del que ella misma forma parte.
De hecho, Oxandabaratz informó de esa circunstancia a la Policía, que, sorprendentemente si se tiene en cuenta la razón aducida para realizar la operación, no le hizo ninguna pregunta sobre el «caso Ducasse». Al resto de detenidos apenas les cuestionaron sobre ello.
«Manipulación»
Oskar Bizkai incidió en la misma línea afirmando que, como lo hicieran anteriormente con la detención del entonces portavoz de Askatasuna Jean-François Lefort, «intentan, a través de la manipulación, criminalizar al movimiento popular y abertzale». Manifestó su reserva sobre la utilización que puedan hacer del material confiscado en su domicilio ya que se llevaron su ordenador, documentación de la ikastola donde trabaja su compañera e, incluso, papeles y cuentas de una asociación de la que ella es miembro.
Para Batasuna el «caso Ducasse» es un «pretexto» para una operación que busca «intimidar a la militancia abertzale». AB también la ha calficado de «represión intolerable y desmesu-rada». Ambas llaman a manifestarse el sábado en Donibane Garazi.
Askatasuna informó ayer de la liberación hacia media tarde de Yves Sallaberry, que estaba en la comisaría de Pau desde el lunes.
En cambio, al igual que ocurrió ayer con Gorka Betolaza, el hernaniarra Urtzi Gartzia ha sido encarcelado en la prisión de Seysses, cerca de Toulouse, tras pasar ante el fiscal. La Audiencia Nacional española ha tramitado ya sendas demandas de euroorden que, en principio, les serán comunicadas oficialmente el martes.
El periodo de detención para los seis restantes acababa hoy mismo, a las seis de la mañana.