El comité de empresa de Onena, ubicada en Ibiriku (Egués) -24 horas después de su detención a manos de la Guardia Civil y posterior liberación-, indicó en rueda de prensa que no hay causas económicas, tecnológicas o productivas que justifiquen el expediente de rescisión de contratos para 32 empleados.

La empresa, indicó Pello Carrera, miembro del comité por el sindicato LAB, ha tenido desde 1999, año en el que Sodena vendió la fábrica, unas ganancias de entre 860.000 y 1,6 millones de euros por ejercicio y en 2006 tuvo unas pérdidas de 164.000 euros, aunque el año pasado, matizó, se trasladó producción a la planta vizcaina de Zalla.

Además, comentó José Mari Goikoetxandia, de CGT, tampoco existen motivos tecnológicos, derivados de las inversiones para adaptar la planta a las exigencias medioambientales del uso de disolventes, ya que la necesidad de esta adaptación, dijo, se conocía desde el año 2002.

El presidente del comité de empresa, Antonio Carrascal, de UGT, rechazó asimismo que existan causas productivas (falta de pedidos) que justifiquen el expediente, solicitado para un periodo de seis meses, y subrayó que el verdadero objetivo de esta medida es «la deslocalización de una empresa de Navarra».

Carrascal comentó, por otro lado, que el comité ha denunciado a la empresa ante la Guardia Civil e Inspección de Trabajo por los incidentes ocurridos el miércoles en la factoría, provocados por la actuación ilegal de la empresa, que intentó llevarse material a Zalla estando en curso el expediente de rescisión.

La plantilla de Onena iniciará el 1 de octubre una huelga indefinida.