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Discreto encanto burgués

«Darling»

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CRÍTICA

Koldo LANDALUZE

La protagonista entabla una conversación superficial con su compañero. Ella se maquilla ante el espejo y él, por su parte, ojea distraídamente el periódico mientras le responde con una estupidez mayor y relacionada con el dinero que deberían pedir a su madre acaudalada. Jamás se mirarán a los ojos ni sonreirán. Pero, a pesar de todo, y tal y como lo indica su status, se quieren. O al menos así se le denomina al amor en estos días de tarjeta Visa y superficialidad.

En este su debut detrás de la cámara, Johan Kling esboza con talento la crónica sentimental escenificada en los «sórdidos» paisajes elitistas de Estocolmo. Lejos de ridiculizar a sus personajes, el cineasta construye una metódica radiografía de un modelo de conducta en el cual un «mileurista» jamás tendría cabida. El prólogo nos habla de unas relaciones terriblemente superficiales en las cuales impera la zancadilla emocional y la ropa de marca. Prevalece la incomunicación porque únicamente se habla de etiquetas y filosofía Zen de diseño. Son niñatos que se acercan peligrosamente a una edad en la cual la vida les obligará, inevitablemente, a abandonar el país maravilloso en el que creen vivir y cruzar el umbral de la cruda realidad.

Este viaje incierto, protagonizado por una Alicia inmadura y canalla, aglutina buena parte de esta presentación social. Michelle Meadows es la encargada de prestar su atractivo físico a la protagonista de este cuento urbano con ribetes de comedia negra. Es la eterna adolescente de tonalidad monocorde y mirada altiva que, gracias a una sucesión de situaciones rocambolescas, deberá abandonar el mostrador de una tienda Gucci para ser reclutada en una cocina de McDonalds.

Previamente, la película «Darling» nos habla también de la aventura incierta que debe protagonizar un personaje diametralmente opuesto a la protagonista. Un hombre maduro, divorciado y sin trabajo que, tras ser negado por la nueva hornada de ejecutivos jóvenes y agresivos, recalará en el mismo restaurante en el cual trabaja la infortunada protagonista. Estas dos historias paralelas, tan dispares pero condenadas a encontrarse, son desarrolladas con mucho acierto.

La dificultad que entrañaba unir a estas dos criaturas de mundos opuestos goza de una resolución creíble porque, lamentablemente, el mundo actual es tan miserable que siempre posibilita una redención a quien no la merece.

Zabaltegi

Dirección: Johan Kling.

Intérpretes: Michelle Meadows, Michael Segerström, Richard Ulfsäter, Jenny Cassel, Mikael Lindgren.

País: Suecia.

Duración: 93 minutos.

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