La franja de Gaza ha vivido las 24 horas más sangrientas desde que Israel la declarara «entidad enemiga». Entre el miércoles y ayer, once palestinos han perdido la vida y más de veinte han resultado heridos, según fuentes hospitalarias. Ayer, en un nuevo ataque con misiles, dos milicianos de Hamas murieron en el norte de Gaza, cerca de Beit Hanoun. La víspera, tanques israelíes -unos cuarenta, según testigos presenciales- y máquinas excavadoras entraron en esta ciudad. Un tanque disparó contra un grupo de gente que se encontraba entre dos casas matando a cuatro personas.

Ante estas operaciones militares, el primer ministro Ismail Haniyeh subrayó que «fortalecen la determinación de los habitantes de la franja. La honorable sangre palestina derramada por este Ejército nazi, sólo hará que seamos más firmes».

En ese sentido, un portavoz de Hamas denunció la «estrategia de guerra» contra el pueblo palestino y el grupo islámico.

El viceministro de Defensa israelí, Matan Vilnai, mencionó expresamente la posibilidad de una extensa operación en este territorio palestino y, sin descartar tal hipótesis, se declaró contrario a «todo ataque contra infraestructuras civiles».

El día anterior, el miércoles, el titular de Defensa, Ehud Barak, afirmó que «nos acercamos a una operación de envergadura. Es necesario debilitar a Hamas y su influencia sobre Gaza», incidió. La corresponsal de la cadena qatarí Al Jazeera en la franja, Nour Odeh, destacó que «los habitantes se están preparando para lo peor. La gente percibe estos ataques aéreos e incursiones por tierra como la plasmación de la declaración» del Ejecutivo israelí.

Advertencia de la ANP

La Autoridad Nacional Palestina advirtió que no acudirá a la conferencia convocada para noviembre por EEUU si Israel lanza una operación a gran escala. «El resultado de una invasión no permitirá a los palestinos ir a la conferencia y echará por tierra todos los esfuerzos para allanar el camino», dijo el dirigente de Al Fatah, Kadura Fares.