«Gracias al secretismo y el trato a favor del PNV -que llegó a aprobar la licencia cuando, después de perder la alcaldía, ya estaba en funciones- la alarmante desidia de los técnicos municipales y la falta de firmeza del equipo de Gobierno actual, Eroski se ha salido con la suya».

Así comienza una nota hecha pública por un amplio grupo de colectivos -LAB, USO, CCOO, ELA, UGT, STEE, ESK, CNT, Sagarrak-Ekologistak Martxan, Trintxera Kultur Elkartea, Asociaciones de vecinos de Pozokoetxe, San Miguel y Ariz-Gora, San Migel Bizirik, Asamblea de Mujeres de Basauri, AEKko Irakasleok y Euskarabila- que alertan de las graves consecuencias que traerá este centro, ya abierto al público, para el tráfico local.

Los colectivos citan un informe de Eroski, en el que se reconoce que por la N-634 pasan en días laborables más de 40.000 vehículos; por la calle Baskonia Zubia, 11.000 diarios en ambos sentidos; y, por la calle Cervantes, la cifra diaria es de 5.000 en ambos sentidos.

Flujos excesivos de tráfico

En opinión de los grupos, sólo estos flujos -sin añadir los que aporta el centro comercial- hacen necesarias «serias medidas correctoras». Además, llaman la atención sobre que «está por ejecutar el Plan Municipal de Movilidad Sostenible de Basauri, aprobado en 2005, cuya clave es la circunvalación del tráfico del centro por Larrazabal-Cervantes; y que hay que construir además las viviendas de Pozokoetxe, Sarratu-Azbarren y Ariz».

Así, subrayan que «cuando el tráfico se desvíe por la circunvalación Larrazabal-Cervantes y las viviendas estén habitadas, los volúmenes de tráfico en la rotonda Larrazabal-Cervantes-Baskonia Zubia y la entrada al puente se van a disparar. Incorporando esos dos factores al análisis, nadie en su sano juicio hubiera concedido una licencia para instalar un supermercado de acceso en automóvil en esa esquina a ninguna sociedad por poderosa que fuera».

Además de criticar al PNV -al frente del anterior equipo de Gobierno- y al actual Ejecutivo local -en manos del PSOE-, el comunicado de los citados colectivos destaca «la mala voluntad y el empecinamiento de Eroski, al avanzar con las obras a ritmo más que febril sin esperar a que se resolvieran todos estos problemas. Eroski se ha empeñado -añaden- en imponer esa ubicación para su súper, a pesar de que el edificio lo tiene sólo en alquiler y las obras estaban poco avanzadas cuando los colectivos vecinales y sindicales y la abrumadora mayoría de los partidos políticos empezaron a oponerse a la concesión de las licencias».