De las cloacas a los kioscos
Las fuentes de las que beben los medios de comunicación desvirtúan a menudo la realidad, lo que se pone de manifiesto cuando la utilización de filtraciones interesadas, generalmente procedentes de órganos judiciales o policiales, terminan chocando frontalmente con los hechos constatados. Así es posible que, después de haber sido detenida, «la nueva dirección» de Batasuna se esfume de la noche al día. Ciudadanas y ciudadanos vascos fueron arrestados a punta de fusil porque les atraparon in fraganti cuando cometían un evidente «delito de reunión». A estas alturas, en Europa ya nadie pone en duda ese lema tan veraz que dice que «Spain is different».
Txisko FERNÁNDEZ Redactor jefe
La mayoría de los medios de comunicación conoció la noticia de la detención de los dirigentes de la izquierda abertzale entre las 22.00 y las 23.00 del jueves. Es decir, con poco tiempo para dar la vuelta a la composición de las informaciones que tenían previsto incluir en sus ediciones de ayer y, por tanto, con escaso margen para consultar fuentes fidedignas y completar la noticia con datos fiables y contrastados. Pero si eso resulta obvio, no puede dejar de resaltarse que la mayoría de los periódicos que llegan a los kioscos de Euskal Herria se limitó a trasladar a sus páginas las informaciones procedentes de una fuente tan poco veraz como son los aparatos policiales y judiciales del Estado español.
La falta de veracidad de las FSE, de la Fiscalía y de los juzgados de instrucción de la Audiencia Nacional españoles a la hora de difundir las primeras versiones sobre las razias que llevan a cabo en Euskal Herria se puso de manifiesto ayer de forma casi estruendosa. «Detenidos 22 dirigentes de Batasuna cuando elegían la nueva mesa nacional», titulaba «El Correo español». Más concreto era «El Diario Vasco» al encabezar su portada con «La Policía detiene en Segura a la vieja y nueva cúpula de Batasuna por orden del juez Garzón». Curiosamente, «El País», con su «La policía detiene a la antigua y nueva cúpula de Batasuna», parecía ayer el gemelo madrileño del Grupo Vocento, ya que «Abc» destacó más que «Garzón encarcela a toda la cúpula de Batasuna que negoció con el Gobierno», aunque en sus destacados de primera también incluía que «La mesa nacional estaba reunida para renovar los cargos». Una tesis a la que se sumó «La Vanguardia» con «Garzón ordena detener a una veintena de miem- bros de la nueva mesa nacional», que aparecía debajo de un conciso «Golpe a Batasuna», en negrita a un tamaño considerable. Y «Diario de Noticias de Navarra» también apuntaba pocas dudas al dar por seguro en el titular de portada que se estaba produciendo «un traspaso de poderes.»
Sólo un diario, «El Mundo», publicó el listado prácticamente completo de los detenidos -todos salvo uno- con sus identidades correctas. Visto cómo plasmó esos datos en página -con un trabajo que no se puede realizar en apenas unas horas-, resulta evidente que ese periódico bebió de otras fuentes y, lo que se puede deducir fácilmente, que lo hizo mucho antes de que los testigos de los hechos con los que habló GARA confirmaran, sin poder establecer tantos detalles, el alcance real del operativo llevado a cabo en torno a Segura.
No es ésa la mayor diferencia entre lo publicado por el «El Mundo» y lo que se atrevieron a imprimir muchos otros sin miedo a que la realidad les estropeara sus pomposos titulares. En esta versión sí se clasificaba a algunos de los arrestados como «miembros de nueva incorporación» a la Mesa Nacional, pero sin dar a entender que esa «novedad» fuera de hace unos días ni unas semanas. De ello se podría colegir que otros sólo oyeron leves rumores que convirtieron en atronadoras sentencias, como de las que hizo gala el redactor de «El Correo español» al firmar frases como las siguientes: «A los miembros de la mesa nacional que se habían incorporado hoy mismo [sic] a la dirección de la ilegalizada Batasuna se les acusa de pertenencia a organización terrorista», «Según fuentes conocedoras de la situación, en los niveles altos del MLNV se consideraba que los dirigentes que habían tenido un papel activo en las negociaciones ya no eran válidos y de- bían ser sustituidos por miembros de la izquierda abertzale mucho más cercanos a la ortodoxia de ETA». No fue el único que buceó en fuentes contaminadas, pero sirve de ejemplo práctico de lo que es el «periodismo español». Porque ayer, transcurrida apenas una noche, la «nueva cúpula de Batasuna» desapareció, se esfumó; no quedó de ella ni el menor rastro. Resulta que en el listado ya contrastado por los hechos y por fuentes fidedignas nadie pudo hallar a los «nuevos» mahaikides. Eso sí, ya puesto a soltar primicias, «El Mundo» incluso se animó a los futuribles: «No fueron arrestados quienes por diversos motivos no estaban presentes. De modo que Pernando Barrena, Marije Fullaondo, Kepa [sic] Landa o Jone Goirizelaia, continúan en libertad aunque tendrán que medir sus pasos cuidadosamente para que el juez Garzón no acumule pruebas contra ellos».
A excepción de GARA, ninguno de los periódicos que cubren nuestros kioscos llevó el tema a sus editoriales, aunque se entiende que no lo hicieron por ese breve plazo horario con el que contaban. Porque sería mucho suponer que no les parezca que el tema estrella de la jornada del jueves fue la detención de la dirección de una formación política en un «Estado de Derecho» que pertenece a la Unión Europea, por donde a estas alturas ya nadie pondrá en duda que «Spain is different!».
Y lo que más impacta tras un repaso sosegado a la prensa de ayer es que el único hecho que sí quedó constatado es que las ciudadanas y ciudadanos vascos detenidos a punta de fusil por aguerridos policías españoles fueron atrapados in fraganti cometiendo un más que evidente «delito de reunión». Si se reunieron para preparar un mitin o, incluso, si hubiera sido para renovar la dirección de una organización política, eso parece una cuestión menor para todos esos medios que de tanto rebajarse para encontrar sus fuentes se impregnan del insoportable perfume a cloaca.