En mi opinión, hay que señañar dos instituciones del Estado como responsables máximas y últimas de la pervivencia del fascismo:

Por un lado, el Congreso de los Diputados, el Senado, el (los) Gobierno y la oposición: allí están representados los responsables del franquismo y de la transición. Están representados los responsables del GAL. En fin, están representados los herederos de los gobernadores civiles y de los jefes provinciales del movimiento nacional franquista: total, 350 personas. Y punto. Allí no está representado nadie más, salvo los «funcionarios» del decadente Estado central.

Por otro, la Audiencia Nacional, que se centra en Madrid en torno a la plaza de las Salesas y amplio alrededor donde siempre se concentraron notarios, despachos etc. de este régimen y del anterior (que son el mismo). Ambas instituciones, fascistas y minoritarias, están condicionando todo el proceso democrático en este país desde años ha. Su actividad, ya de manera evidente, se ha centrado en la prevaricación, el auxilio a la tortura, al terrorismo y crímenes de Estado y al narcotráfico al por mayor. Se dice que todos los estados fascistas están centrados en la imposición de minorías. Pués bien, en mi opinión, estas dos «instituciones» están condicionando e imponiéndose a todo.